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No, no hay más probabilidades de enfermar por la vacuna contra el coronavirus que por la propia COVID-19

Falso

Este es un artículo original de Newtral, que pertenece a la alianza Latam Chequea, donde juntos combatimos la desinformación sobre el Covid-19. Por Adrián Maqueda Circula por redes sociales un mensaje en el que se afirma que hay más probabilidades de enfermar por la vacuna para protegerse contra la COVID-19 que por el propio virus. Sin embargo, […]

Este es un artículo original de Newtral, que pertenece a la alianza Latam Chequea, donde juntos combatimos la desinformación sobre el Covid-19.

Por Adrián Maqueda

  • Circula por redes sociales un mensaje en el que se afirma que hay más probabilidades de enfermar por la vacuna para protegerse contra la COVID-19 que por el propio virus. Sin embargo, ni el mensaje aporta los datos correctos ni los datos actuales respaldan esa afirmación.

Los datos sobre las reacciones a las vacunas han sido una fuente de información falsa y teorías de la conspiración, como el bulo de que causa “infartos, convulsiones y trombos” o en el que se asegura que provoca infertilidad.

En ese contexto, se ha difundido en redes sociales un mensaje en el que se afirma que “en España hay más probabilidad de caer enfermo por la vacuna que por el COVID-19”. El texto compara el porcentaje de contagiados por coronavirus que “siguen vivos según la OMS” y el de voluntarios del ensayo clínico de la vacuna de Pfizer-BioNTech que experimentaron efectos secundarios graves.

“El 99,78% de los que han cogido la Covid-19 siguen vivos según la OMS, pero los efectos secundarios graves conocidos de la vacuna de Pfizer llegan al 4,6% de los vacunados sanos y jóvenes. Lo que significa que en España hay más probabilidad de caer enfermo por la vacuna que por el Covid19”, se puede leer en la cadena.

Sin embargo, en la cadena se compara el porcentaje de personas que no han fallecido o “siguen vivos”, no de contagiados, y la cifra de letalidad que da es incorrecta. Además, las cifras que aporta el texto para sustentar esta información no son comparables. También conviene puntualizar los “efectos secundarios graves”, que no ponen en riesgo la salud de las personas. Lo analizamos paso a paso.

Los datos del texto no son comparables

En el texto que se ha difundido se aporta el porcentaje de personas que no mueren por COVID-19 sobre el total de contagiados para compararlo con el porcentaje de voluntarios que ha mostrado reacciones adversas a la vacuna. Con estos datos concluye que hay más posibilidades de enfermar por la vacuna que por el virus.

Pero en ningún momento aparecen en el texto las cifras de contagiados por coronavirus, que es el dato que supuestamente se compara. Solo se da el porcentaje de personas que han sobrevivido al virus.
Aunque no hay cifras consolidadas a nivel global del número de personas que ha pasado el coronavirus porque no todas son diagnosticadas, en España la última ronda del estudio de seroprevalencia mostró que un 9,9% de la población lo había padecido.

El porcentaje de fallecidos según la OMS no es correcto

El mensaje asegura que, según la OMS, el “99,78% de los que han cogido la COVID-19 están vivos”. Sin embargo, la cifra es incorrecta. Si consultamos el panel de la OMS en el que se realiza un seguimiento de esta enfermedad el porcentaje de fallecidos es mayor.

Según esta organización, a 23 de diciembre se habían registrado 1.702.128 fallecidos y 76.328.044 de casos confirmados por esta enfermedad. Haciendo los cálculos, el número de fallecidos por coronavirus supone un 2,23% de todos los contagiados por esta enfermedad (letalidad del virus); 10 veces más del 0,22% que afirma el mensaje.

Reacciones adversas severas a la vacuna

Por otro lado, la cifra de voluntarios que han sufrido reacciones adversas severas a la vacuna de Pfizer está extraída del informe realizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech.

En este informe, la FDA concluye que entre el 0% y el 4,6% de los voluntarios a los que se administró la vacuna sufrieron efectos secundarios graves. Apareciendo más efectos secundarios graves tras la segunda dosis de la vacuna y en los voluntarios menores de 55 años.

Sin embargo, hay que puntualizar a qué hace referencia la FDA con estos porcentajes y estos términos. Esta cifra se extrae de la tabla 17 del informe, en la que los entrevistadores del ensayo clínico preguntaban a los voluntarios menores de 55 años por determinados efectos secundarios, como fatiga, fiebre o dolor de cabeza. Además, la FDA explica que estos efectos secundarios aparecen 1 o 2 días después de la administración de la dosis y que tienen normalmente una duración de 1 día.

En concreto, el 4,6% referido en el texto surge del número de voluntarios menores de 55 años que experimentaron fatiga severa tras la segunda dosis de la vacuna. Esto significa que, según la clasificación de la agencia estadounidense, 97 voluntarios experimentaron una fatiga que les “impidió la actividad diaria”. En esta misma dosis el 59.4% de los voluntarios no experimentaron ningún tipo de fatiga, el 21,1% experimentaron una fatiga que no interfirió con sus quehaceres diarios (leve) y el 33,7% sufrieron una fatiga que interfirió de alguna forma con su día a día (moderada).

Otros efectos secundarios graves que fueron notificados por los voluntarios menores de 55 años que recibieron la segunda dosis fueron dolor de cabeza (67 voluntarios, 3,2%), dolor muscular (47, 2,2%) y resfriado (45, 2,1%).

También hay que tener en cuenta que estas mismas preguntas se les realizaron a los voluntarios que recibieron placebo y también notificaron esos síntomas, aunque en menor medida. 14 voluntarios afirmaron haber experimentado fatiga severa y 15 dolor de cabeza severo.

Los efectos secundarios en voluntarios mayores de 55 años fueron menores que en el grupo anterior. El efecto secundario más repetido de forma severa también es la fatiga, que fue notificada por 46 voluntarios, el 2,8%. En menor medida, 17 voluntarios experimentaron un resfriado severo, 16 dolor muscular severo y 9 dolor de cabeza severo.

Por otro lado, solo un 0,5% de los voluntarios manifestaron acontecimientos adversos severos, que, según explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), son acontecimientos que no se pueden considerar a priori como reacción a la vacuna.

El evento adverso severo que mayor incidencia tuvo durante los ensayos clínicos (un 0,04%) fue la apendicitis. Durante el ensayo clínico en el que participaron 43.548 personas se registraron 12 casos de apendicitis, de los cuales ocho se produjeron en voluntarios a los que se había administrado la vacuna; los otros habían recibido el placebo. Sin embargo, el informe concluye que “los casos de apendicitis en el grupo de los vacunados no es más frecuente que los esperado en la población general”.

Por todo ello, la FDA considera que “los beneficios conocidos y potenciales de la vacuna tienen mayor peso que los riesgos conocidos y potenciales”.

Enfermos por coronavirus en España

En cualquier caso, la cifra de fallecidos no es comparable con la cifra de voluntarios del ensayo clínico de la vacuna de Pfizer-BioNTech que experimentaron reacciones o efectos secundarios graves.

En España, han presentado síntomas casi el 56% de los contagiados por coronavirus entre el 10 de mayo y el 16 de diciembre, según el último informe de la “Situación de COVID-19 en España” publicado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Y, aunque no hay un registro que permita unificar criterios con las reacciones o efectos secundarios graves consideradas por la FDA, en España, hasta el 22 de diciembre han sido ingresadas en hospitales 205.880 personas, un 11,25% del 1.829.903 de casos acumulados hasta la misma fecha según el último informe diario del Ministerio de Sanidad.

Resumen

A la vista de los datos, no hay más posibilidades de caer enfermo por la vacuna contra la COVID-19 que por la propia enfermedad. Además, las cifras aportadas en el texto viral que estamos comprobando no permiten llegar a la conclusión alcanzada en el mismo.

En el texto analizado se aporta la letalidad del coronavirus y el porcentaje de voluntarios que experimentaron reacciones adversas severas. Sin embargo, la conclusión compara los enfermos por coronavirus con los enfermos por la vacuna. También hay que destacar que la tasa de letalidad según la OMS es superior a la indicada en el texto.