Reino Unido se convirtió en el primer país en aprobar la vacuna bivalente contra el coronavirus. Esta genera inmunoeficiencia tanto contra la variante original del Covid-19, SARS-CoV-2 como la primera variante de ómicron, BA.1.

Este tipo de inoculación llega justamente en la escalada de la variante ómicron y sus sublinajes. De hecho, se ha demostrado que las vacunas conocidas son menos eficientes con BA.4 y BA.5 de esta cepa.

La aprobación de los británicos abre puertas para el uso de la vacuna bivalente. La rápida evolución de las variantes del coronavirus pone en duda la eficacia de las inoculaciones actuales.

Se espera que se ponga en circulación entre septiembre y diciembre. Además, se prevee que se utilice inicialmente en mayores de 50 años y población de riesgo en la isla.

Cómo funciona la vacuna bivalente

Tan solo varios meses empezar la pandemia por coronavirus la comunidad científica desarrolló y distribuyó vacunas contra el SARS-CoV-2 por todo el mundo. La respuesta fue veloz y permitió a varios países relajar las medidas de privación sanitaria.

No obstante, el enorme avance de nuevas cepas reduce la eficacia de las vacunas. En especial con las variantes de ómicron que presentan mayor capacidad de contagio e inmunodeficiencia, gracias a sus modificaciones en la proteína Spike.

Por esto, la empresa estadounidense Moderna desarrolló la primera vacuna bivalente. Esta ataca tanto la cepa de coronavirus original, como la última variante, ómicron.

Este es el mismo sistema que utiliza la conocida vacuna de la influenza, ya que también se utilizan varias cepas en una sola dosis.

Las pruebas realizadas en 437 pacientes indican que esta vacuna es segura y entrega mayor protección.

¿Qué pasa con las variantes?

Esta vacuna ataca la cepa principal de ómicron, por  lo que va reduciendo su eficacia con los sublinajes, especialmente los que son más diferente del original. Aunque, por supuesto, tiene mayor poder de inmunidad frente a las variantes ya existentes.

Es muy probable que a futuro tengamos vacunas combinadas que incluyan la variante original, junto a las que aparezcan durante la evolución de los linajes.

Además, si posee variantes actuales, podría significar que la inmunidad dure más tiempo.

Sin embargo, el desarrollo de nuevas cepas pondría nuevamente a la comunidad científica con nuevos retos para defendernos del coronavirus.

 

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