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Las diferencias entre la demencia frontotemporal y el alzheimer

diferencias demencia frontotemporal y alzheimer

Con frecuencia, la demencia frontotemporal (DFT) se diagnostica erróneamente como enfermedad de alzheimer.

La demencia frontotemporal (DFT) es una forma poco común de demencia que se suele confundir con el alzheimer. Aunque estas dos enfermedades pueden ser similares, no son lo mismo. En esta nota te explicamos las diferencias entre la demencia frontotemporal y el alzheimer.

Dentro de las demencias, el alzheimer es la enfermedad más común. Según la Organización de la Salud (OMS), acapara entre un 60% y un 70% de los casos.

En cambio, la DFT tiene menos prevalencia y muchos miembros de la comunidad médica aún no están familiarizados con ella.

Diferencias entre la demencia frontotemporal y el alzheimer.

  1. Áreas del cerebro

    Su principal diferencia son las áreas del cerebro afectadas. La DFT daña los lóbulos frontal y temporal del cerebro, mientras que el alzheimer impacta en el hipocampo.

    Esto provoca que en la DFT se altere el comportamiento, lenguaje y el movimiento, es decir las habilidades motoras, mientras que el alzheimer compromete la memoria y la capacidad de juicio.

    El alzheimer provoca una paulatina pérdida de las capacidades cerebrales que va progresando durante años. Inicialmente compromete la memoria y la capacidad de juicio, luego se agregan alteraciones del lenguaje, la conducta y el movimiento.

  2. Edad

    La edad promedio de aparición de estas enfermedades también son distintas.“El alzheimer se presenta más en personas entre los 70 y 80 años, la demencia frontotemporal puede aparecer un poco antes, a fines de los 50-60 años“, comenta Waleng Ñancupil, neurólogo del Hospital de La Unión.

    De hecho, según la Asociación para la Degeneración Frontotemporal (AFTD), la DFT es la forma más común de demencia en personas menores de 60 años. 

    Esto provoca una carga económica más severa en las familias, ya que al año se gasta el doble de la cantidad asociada con la enfermedad del alzheimer.

    A pesar de que sea común que las personas presenten estas enfermedades en esas edad, no quita que estas se pueden presentar en diferentes rangos etarios, sin discriminación.

    Cuando el alzheimer se desarrolla en personas menores de 65 años se clasifican como casos prematuros. Estos casos son generalmente hereditarios.

  3. Síntomas

    Al afectar áreas distintas del cerebro no tienen los mismos síntomas. “Al principio del alzheimer hay un problema para aprender y recordar las cosas de las más recientes a las más antiguas” explica el neurólogo.

    La DFT tiene dos variantes principales, la conductual y la del lenguaje. La primera es la más común y se caracteriza por alteraciones en la conducta. En la segunda se empieza a perder la capacidad para encontrar algunas palabras, lo que a la larga dificulta la comunicación.

    Sin embargo, el doctor explica que en etapas finales todas las demencias se parecen. “Van a tener síntomas parecidos. Todas finalmente llegan a una etapa de postración y se van perdiendo las funciones cerebrales“.

  4. Tratamiento

    Los tratamientos también son distintos y se usan fármacos diferentes. Hay algunos fármacos que se usan en las etapas iniciales del alzheimer que ayudan que los pacientes estén más atentos y no se note tanto la pérdida de memoria. 

    “Estos medicamentos se llaman inhibidores de la colinesterasa y en la demencia frontotemporal no se pueden usar porque pueden empeorar los síntomas”, indica Ñancupil.

    El tratamiento de la DFT principalmente busca aliviar los síntomas de la conducta por lo tanto se suelen usar más antidepresivos y neurolépticos.

    “Hay que destacar que ninguno de estos tratamientos o fármacos van a curar o detener la progresión de estas enfermedades, sino que buscan aliviar un poco los síntomas”, asegura el neurólogo.

¿Qué comparten?

Para el especialista ambas enfermedades deben tener un abordaje integral que cuente con la atención de un psicólogo,  terapeuta ocupacional, kinesiólogo, fonoaudiólogo y un asistente social para poder abordar todos los aspectos que rodean a la persona con demencia.

La persona con demencia no es la única afectada, sino que afecta a toda la familia. Hay que considerar también el cuidado de la personas que se hace cargo lo que es fundamental para que el paciente pueda estar en las mejores condiciones”, finaliza Ñancupil.

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