Si hay tanta evidencia científica, ¿por qué algunos siguen sin creer el calentamiento global? En Mala Espina te explicamos qué es el negacionismo climático.

El negacionismo es un comportamiento humano donde los individuos eligen negar la realidad para evitar una verdad incómoda.

De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), el concepto se define como la «actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes, especialmente el holocausto».

¿Qué es el negacionismo climático?

Desde hace años los organismos científicos como el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) establece el calentamiento global es un hecho evidente.

Además, afirman que hay más de un 95% de probabilidades que lo hayamos provocado nosotros mismos.

El último análisis del Goddard Institute for Space Studies (GISS) –centro adscrito a la NASA– afirma que la temperatura global media en la Tierra ha aumentado al menos en 1,1ºC desde 1880.

El cambio más drástico, además, se habría producido a partir de 1975, con una tasa de entre 0,15ºC y 0,20°C más por década.

No obstante, por más pruebas que se aporten, todavía quedan negacionistas climáticos. Unos se pronuncian a través de las redes sociales y otros ocupan escaños en los parlamentos.

De acuerdo con una encuesta realizada por la Universidad de Yale y Facebook, hay un grupo de personas que no cree que el cambio climático traiga consecuencias serias o dañe a las personas en el futuro.

Estados Unidos es el país con más encuestados catalogados como «desdeñosos» del problema, es decir:

• No creen que el cambio climático esté sucediendo.
• No creen que lo causan los humanos o que sea una amenaza.
• Donde se oponen más a las políticas para abordar el tema.

De esta forma, los negacionistas climáticos suponen un problema, ya que son un obstáculo para la toma de decisiones que apuestan por descontaminar el planeta.

«Si no existe, no puedo sentirme mal por ello»

Los expertos creen, que el escepticismo climático podría ser un mecanismo de protección de uno mismo al darse cuenta que nuestras acciones contribuyen al cambio climático.

Es decir, al darse cuenta que las acciones podrían afectar el cambio climático, las personas prefieren optar por la negación del acontecimiento y la evidencia científica.