De carácter vinculante para los países suscritos, el Acuerdo de París es el compromiso más importante al que se ha llegado en materia medioambiental.
El cambio climático es una realidad ineludible que requiere de la coordinación de todos los actores, grandes potencias y países en desarrollo. Esa es la idea detrás del Acuerdo de París (2015), cooperación internacional para lograr el objetivo de limitar el calentamiento global.
El Protocolo de Tokio (1997), antecesor al compromiso al que se llegó en la capital francesa, no tenía ni el carácter vinculante, es decir que obliga a los países a respetar los acuerdos, ni la cantidad de países suscritos, pues solo incluía a las potencias industriales.
En París, 193 países, y la Unión Europea, aceptaron hacer una causa común para combatir el cambio climático.
Objetivos
- Mantener el aumento de la temperatura media del planeta en un máximo de 2 grados centígrados, aunque preferentemente a sólo 1,5.
- Revisar los compromisos de cada país cada 5 años a través de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (CDN)
- Brindar ayuda a los países menos desarrollados para que puedan tomar medidas efectivas contra el cambio climático.
Respecto a este último punto, el Acuerdo representa un marco de colaboración entre partes, por ejemplo: los países desarrollados deben tomar la iniciativa en cuanto a asistencia financiera para los países menos desarrollados; se debe asegurar la colaboración y transferencia tecnológica para mejorar la resiliencia climática y la reducción de gases de efecto invernadero; y por último mejorar la capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático.
Resultados
Si bien la temperatura global no ha hecho más que aumentar los últimos años, el Acuerdo de París ha logrado promover la búsqueda de nuevas maneras de mitigar el calentamiento global.
Electro movilidad, preferencia por el uso de energías renovables, electrodomésticos con mejor consumo energético, nuevos modelos de producción industrial, y medidas como los bonos verdes y de carbono, han surgido en consecuencia del objetivo de no seguir aumentando la temperatura del planeta.
Chile
Nuestro país tiene una de las hojas de ruta más ambiciosas en este sentido, por ejemplo, planteando la descarbonización completa de la economía de aquí al 2050.
Se espera que Chile logre su pico de emisiones el 2025, y alcance las 95 mil toneladas absolutas de dióxido de carbono emitido para el 2030.
Para alcanzar estas cifras se incorporaron requisitos ambientales en la planificación de proyectos, cambios paulatinos en la matriz energética, fuerte participación del sector privado y otras medidas más específicas como avances en la electro movilidad y desarrollo de una economía circular.