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28 de agosto de 2020

¿Por qué la gente difunde fake news?

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Por Joaquín López

 

¿Por qué la gente difunde fake news? Pareciera ser que las noticias falsas son un problema reciente, apareciendo en momentos puntuales como elecciones o alguna tragedia, sin embargo, estamos expuestos a ellas constantemente y hace muchísimos años.

 

Estas desinformaciones están dando vueltas de manera habitual y gracias al alcance e inmediatez del internet se han masificado y expandido. Este fenómeno está entre nosotros y cada vez se hace más presente, es por eso que con este artículo pretendemos explicar mejor qué son las noticias falsas y por qué se hacen virales.

 

¿Cómo definimos las fake news?

Según este artículo de la revista Annals of the International Communication Association, un mensaje puede ser clasificado como fake news si es que cumple con tres características principales.

La primera es que la información contenida en el mensaje no sea verdadera. Esto se refiere a que el mensaje completo sea falso o solo una parte de este.

Otra característica se relaciona a la forma. Generalmente se intenta imitar un formato similar al periodismo profesional. De esta manera es más probable que sea creído por parte de la población.

La última característica que incluye el estudio tiene relación con el origen del mensaje. Según este, una información falsa es creada persiguiendo un fin, ya sea político, ideológico o económico y busca la provocación. 

Según el estudio The spread of true and false news online de la revista Science, las noticias falsas se distribuyen con mayor rapidez, alcance y profundidad que las verdaderas. Esto ocurre en todas las categorías de la información, sin embargo, se pronuncian más en los mensajes relacionados a la política. 

En comparación a mensajes relacionados al terrorismo, cambio climático o economía, las políticas eran las que llegaban a más personas de manera más profunda y veloz, viralizándose casi tres veces más rápido que los otros tipos. 

 

Redes sociales: el espacio óptimo para la masificación de noticias falsas

A pesar de toda la información que existe a nuestro alcance para poder comprobar la veracidad de los mensajes que se ven en las redes, las fake news encuentran tierra fértil en este espacio.

Uno podría creer que el nivel de masividad que tiene una noticia falsa es dependiente del usuario que las difunde, pero el artículo de la revista Science demuestra que no es necesario. 

Según se estudió en la red social Twitter, la viralización de noticias falsas no depende exclusivamente de si quien las difundió tiene un alto número de seguidores y se mantiene activo en la red social, sino que es más común que ocurra lo opuesto. Los usuarios que eran más propensos a difundir información falsa, y que luego se hacía viral, eran aquellos que no eran muy activos y que no poseían una gran cantidad de seguidores, por lo que las viralización de las noticias falsas no depende de estas características, sino que el fenómeno ocurre a pesar de ellas. 

¿Por qué entonces si es que un desconocido en la red social difunde información engañosa puede tener mucho seguimiento? ¿Qué es lo que impulsa a las personas a creer en ellas?

 

Nos dejamos llevar más por la emoción que por la lógica

Para comprender esta interrogante nos pusimos en contacto con Cristián Huepe, físico teórico e investigador en sistemas complejos asociado a la Northwestern University en los Estados Unidos y director del laboratorio Sol-UC en Chile. 

 

Según el experto son muchos los factores que responden a nuestra pregunta de por qué la gente difunde fake news, pero dentro de los más importantes se encuentra el término, conocido dentro de la psicología como “sesgo de confirmación”.  Esto se traduce en que una persona promueve información que le parece correcta, pero sin chequear ya que coincide con sus prejuicios, porque “uno tiende a creerle a cualquier cosa que confirme los prejuicios que ya se tiene”, agrega el experto. 

El físico también comenta que la información falsa apela a la emoción del lector y es gracias a esto que se facilita la viralización del mensaje. 

“Nuestro comportamiento es mucho más instintivo de lo que quisiéramos admitir. Tenemos toda una capacidad de herramientas racionales para analizar los problemas pero en verdad las personas eligen creer en las cosas por tincada más allá de lo que puedan analizar por lógica (…) si uno ya está prejuiciado, por ejemplo contra quién está la noticia falsa o a favor, entonces la emoción va a ser que uno no se tome el tiempo de hacer ese proceso lógico y de verificación”, explica.

Un evento en el que se incrementó la cantidad de noticias falsas fue el estallido social que se vivió en Chile el 18 de octubre del año pasado. Existía un ambiente de polarización en la sociedad y mientras más se divide “hay más espacio fértil para que cada uno de los grupos generen prejuicios, los  que potencian que noticias falsas se viralicen en su interior. Eso a su vez tiende a antagonizar más ambos lados, porque las noticias falsas tienden a segregar”. 

 

Para el académico UC e investigador del Instituto Milenio Fundamento de Datos (IMFD), Sebastián Valenzuela, los factores que influyen en la propagación de las fake news pueden resumirse a tres.

El primero tiene que ver con el contenido, si es que tiene mayor impacto emocional, es fácil de comprender, es persuasivo y narrativamente más interesante entonces es más probable a que se difunda. 

El segundo es sobre las gratificaciones psicológicas. Según el académico, al compartir estas noticias “hay personas que sienten que están informando a otras cuando comparten contenido, otras piensan que quedan bien, te hace ver más inteligente, etc.”

Por último menciona la estructura de red del usuario que difunde una noticia falsa, por lo que si alguien tiene muchas interacciones con otros usuarios y varios seguidores entonces es más probable que algo se haga viral. 

Para el académico UC es una interacción entre estas tres las que promueven la difusión de las noticias falsas. También menciona que la identificación propia juega un rol fundamental, ya que “lo que importa es que lo que se comparte confirme mi visión del mundo”.

 

El investigador agrega que el contexto también influye en las noticias falsas y lo proclives que son las personas a confiar en ellas. Hay un mayor flujo de noticias falsas en  “contextos de harta incertidumbre en el que se rompe la rutina diaria, como cuando hay un desastre natural, un estallido social o una pandemia”. 

La actual situación generada por la pandemia del coronavirus ha aumentado la incertidumbre y ansiedad, y cuando “aumenta la ansiedad uno necesita explicaciones y las noticias falsas y rumores vienen a llenar ese vacío”.

 

“Esta es una manera de poder explicarnos algo que nos cuesta mucho entender. Al ser humano le cuesta mucho aceptar no tener una explicación frente a algo que está viviendo, entonces en los momentos de incertidumbre es mucho más probable que tu creas en noticias falsas porque te ayuda a lidiar con la situación”. 

Las graves consecuencias de la desinformación

Entre los dos expertos concuerdan en que es bastante peligrosa la manera en que se difunde la información falsa. Según comenta Huepe “las noticias falsas terminan armando mitologías y ahí pueden ser muy dañinas. Sectores completos de la sociedad pueden terminar siguiendo conductas violentas, peligrosas o irresponsables”.

Así lo comprueba una investigación publicada en la American Journal of Tropical Medicine and Hygiene,  la que revisó los efectos de las noticias falsas en relación al Covid-19. Los alarmantes resultados del estudio que reunió a 87 países demostró las severas consecuencias que producen la desinformación en la población. 

Según encontraron, unas 60 personas quedaron con ceguera tras consumir metanol pensando en que erradicaba el virus. 

Más alarmante aún son las 5.876 personas que quedaron hospitalizadas por seguir tratamientos supuestamente eficientes contra el virus y otras 800 que  perdieron la vida. 

 

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