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Qué es el metaverso, el nuevo universo digital

Este cyber espacio interactivo permitiría avances en comunicaciones, educación, economía, entre otros.

El metaverso es, probablemente, la mayor apuesta tecnológica del siglo. Por el momento, no existe un proyecto unificado que esté construyendo este cyber espacio, pero ya hay algunos avances importantes.

Aunque haya varios intentos de crear metaversos, su definición es compartida: es un entorno digital simulado de la realidad, aunque no necesariamente comparte sus leyes físicas ni limitaciones, donde las personas interactuen entre sí y con algunos servicios.

Hasta ahora, el mejor postor es Mark Zuckerberg, creador de Facebook. De hecho, desde 2021 el nombre de su conglomerado, que incluye Instagram, Messenger, Whastapp, entre otras, es Meta.

¿Qué es el Metaverso?

Sus orígenes vienen de la mano con el avance del mundo digital. La idea previa al concepto como tal fue bordeada por la literatura y el cine. Ray Bradbury en 1950 ya planteaba una realidad virtual en su cuento La Pradera, y en los 80 la llegada del cyber punk al cine de la mano de Ridley Scott con Blade Runner planteaba la posibilidad de un mundo conectado con lo digital.

Sin embargo, el término mismo fue acuñado por Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción, Snow Crash. El autor buscaba dar un término más concreto al espacio digital interactivo, cuando la palabra “realidad virtual” ya no alcanzaba.

Tras esto, y con los primeros esbozos del internet, la idea de metaverso se presentó cada vez más constante, y más arriesgada. Desde la concepción abstracta de un espacio digital compartido en Ghost in the Shell de 1995, pasando por Matrix de las hermanas Wachowski 1999 con su gran impacto social sobre lo que un mundo digital puede ser, hasta las imaginativas- y bastante cercanas- historias de Black Mirror de 2011 hasta la fecha, que proponen inclusive una vida en el metaverso después de la muerte.

¿Donde está el Metaverso?

Como mencionamos, aún no existe un plan de metaverso que unirá millones de usuarios, como en las distopías y utopías de la literatura. Sin embargo, existen varias iniciativas que buscan acercarse a crearlo.

Second Life es un juego de realidad virtual, pero también una de las iniciativas más reconocidas sobre metaverso se refiere. A pesar de que técnicamente es bastante limitado, la plataforma logra conectar en un entorno 100% digital personas de todo el mundo, tiene usos educativos, profesionales e inclusive es un buen sitio para hacer negocios.

Otro buen ejemplo es Decentraland, creado por los argentinos Ari Meilich y Esteban Ordano. Es una excelente plataforma digital para hacer dinero; hoy sus propiedades se pueden comprar a más de $100 mil dólares.

Una de las principales atracciones para los inversionistas son los NFT, o Token no fungible, que es un activo digital irrepetible, indivisible, y, por lo tanto, único. Puede ser una casa, un auto, una obra de arte o simplemente una polera, todo digital, claro.

El impacto de estas plataformas en el mercado es tremendo, debido a que se prevee que mueva unos $13 mil millones de dólares para el 2030.

El universo de Zuckerberg

A pesar de que empresas de tecnología como Samsung, Microsoft o Epic Games han avanzado bastante en realidad virtual y realidad aumentada, no hay ningún proyecto más concreto que el de Marck Zuckerberg.

Su compromiso con el metaverso se vio reflejado cuando cambió el nombre de Facebook Inc por Meta Plataforms Inc. De hecho, ese mismo año presentó un video de cómo sería el prototipo pensado para este universo digital.

De hecho, el empresario ya tiene su primer paso. Para muchos, las redes sociales son una de las bases de este mundo interactivo, ya que de alguna forma, gracias a estas herramientas se llevó al plano digital muchas prácticas “reales”, la comunicación, el trabajo, los medios, las compras, entre otras.

La empresa indica en su página web “el metaverso es el siguiente paso en la evolución de las conexiones sociales”. Y es que, por lo que Zuckerberg ha propuesto, busca llegar a varios planos de la vida humana, transformando radicalmente la forma en que interactuamos.

Sin embargo, las limitaciones tecnológicas y los altos costos de crear el metaverso probablemente demorarán su llegada, al menos a nivel masivo. No obstante, los avances se evidencian cada vez más rápido, y es posible que ingrese en nuestras vidas tan orgánicamente como lo hizo alguna vez el internet.