El Premio Nobel de la Paz es el más controvertido de los galardones de la organización sueca. A diferencia del resto; literatura, medicina, química y física, los condecorados de este premio han sido criticados en diversas ocasiones. Y, de hecho, no se entregó en 19 ocasiones (más que cualquier otro) por no tener cadidatos adecuados.

Este galardón lo han obtenido destacadas figuras internacionales, como Martin Luther King, Nelson Mandela y Malala Yousafzai (la más jóven en recibir el premio).

Por otra parte, se han entregado reconocimientos que han generado críticas incluso dentro del mismo comité de entrega de premios, incluso con posteriores arrepentimientos. Este es el caso de Henry Kissinger, que apoyó dictaduras militares en Sudamérica, Barack Obama, ya que durante su gobierno Estados Unidos atacó militarmente Afganistán, Irak y Siria, de Aung San Suu Kyi, quien no denunció el genocidio de los rohingya en Myammar y Teresa de Calcuta, criticada por supuestas conexiones financieras con dictadores haitianos.

Este año el activista bielorruso Ales Bialiatski, quien luchó por los procesos democráticos y antimilitares en su país recibió el premio. Con él comparten el galardón las organizaciones Memorial– que trabaja en documentar las violaciones a los DDHH en Rusia, y el Centro para las Libertades Civiles, con una labor de defensa por la democracia en Ucrania.

Ales Bialiatski y su primavera democrática

Este premio Nobel desde joven se dedicó a defender la democracia. Ya en los años ’80, cuando Bielorrusia era una nación integrante de la Unión Soviética, un veinteañero Bialiatski era miembro de «Independencia«, un brazo del Partido Clandestino que buscaba la soberanía y la democracia efectiva en su país. Más tarde, en la misma dirección, fundaría el Frente Popular Bielorruso, donde posteriormente sería secretario y vicepresidente.

Más tarde dirigió el Museo Literario Maksim Bahdanovich, donde gestionó la creación del primer periódico prodemocrático, Svaboda, en los años finales de la Unión Soviética.

La represión en la desparecida URSS no fue su único enemigo. En 1994, posterior a la vuelta de la democracia, un entonces popular Aleksandr Lukashenko subiría al poder. Tras seis mandatos presidenciales- no reconocidos internacionalmente- Lukaschenko ha sido reconocido como el «último dictador de Europa«.

En 1996 Bialiatski creó un centro de Derechos Humanos llamado Primavera (o Viasna en bielorruso). Esta organización ha sido su vanguardia en la lucha democrática contra el gobierno de Lukaschenko. Principalmente trabajan como observadores en las elecciones presidenciales y en ayuda a las víctimas de represión política.

En 2011 fue arrestado por cargos de evasión fiscal por los dineros recibidos para financiar las actividades de Viasna. Sin embargo, algunas organizaciones de la comunidad internacional- Parlamento Europeo, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, OSCE, entre otras- condenaron la detención y pidieron su liberación.

El activista bielorruso no saldría hasta 2014. Aunque en 2021 fue detenido nuevamente en una manifestación en contra del fraude de las elecciones presidenciales. Actualmente está condenado de 7 a 12 años por «financiamiento de acciones que violan burdamente el orden público».

Había sido nominado 5 veces para el Nobel de la Paz, y posee diversos reconocimientos internacionales. Además, es el quinto en recibir el premio estando en la cárcel.

Memorial: historia como arma política

Memorial es el grupo de Derechos Humanos más antiguo de Rusia, creado en 1991. Su principal objetivo es estudiar la historia de represión de los regímenes totalitarios de la URSS y los estados postsoviéticos.

La organización trabaja principalmente en la publicación de artículos, libros, exposiciones y contenido web sobre la represión política. Uno de sus fines es inculcar los valores democráticos y condenar los regímenes autoritarios y totalitarios.

Gracias a su labor se aprobó la Ley de Rehabilitación de las Víctimas de la Represión Política– antes de la caída de la URSS- y gestionó la aprobación del Día en Recuerdo de las Víctimas de la Represión Política, el 30 de octubre. En sus bases de datos recolectaron información de millones de víctimas.

Memorial ha recibido diferentes premios, entre ellos el Right Livelihood Award- que también recibió Bialiatski- y el Nansen Refugee Award de la ONU. Además, su primer presidente, Andrei Sakharov, también fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz.

Actualmente el gobierno de Vladimir Putin busca cerrar la organización. Su excusa es técnica, no habría puesto su estatus de «agente extranjero» (asignado por el mismo Kremlin). Sin embargo, acusaron a Memorial como «amenaza pública«, y por «distorsionar la memoria histórica«.

El Centro para las Libertades Civiles en Ucrania

Esta organización que vela por los Derechos Humanos en Ucrania, Centro para las Libertades Civiles (CCL), fue fundado en 2007. Junto a su dirigente, Oleksandra Matviichuk (premio Right Livelihood), han velado por la justicia sobre la represión que han generado las fuerzas rusas.

Una de sus primeras actividades destacadas fue la documentación de la violencia policial y estatal durante el Euromaidán. En este periodo de revolución que enfrentó a manifestantes proeuropeístas contra prorrusos y las fuerzas del orden de Ucrania, se evidenciaron 91 muertes, más de 200 detenciones y sobre 100 encarcelamientos.

Además, han tenido un rol protagonista en la protección de los derechos de los civiles y la documentación de crímenes de guerra durante la invasión de Rusia a Ucrania. Asimismo, ha emplazado a Putin y Lukaschenko para que comparezcan ante tribunales internacionales.

El Centro para las Libertades Civiles se convierte en la primera organización o persona ucraniana en recibir el Premio Nobel de la Paz.