Este término se utiliza para describir los productos por los que se paga más al ser destinados a mujeres. En esta nota te explicamos qué es el impuesto rosa y por qué las mujeres pagan más.

¿Te has preguntado por qué algunos productos que consumen las mujeres, a pesar que tener las mismas características y funciones que los de hombre, son más caros?

El ejemplo más clásico es el de las máquinas de afeitar: puede ser sustancialmente el mismo producto, pero al parecer en un empaque con tonos rosados o con un énfasis en el cuidado y suavidad de la piel, va estar dirigido a un público femenino.

«Es posible que por solo estar dirigido a un público femenino, sea efectivamente más caro«, señala Marisol Verdugo, socióloga y secretaria académica de la Escuela de Antropología de la Universidad Diego Portales (UDP).

A esto se le conoce como impuesto rosa (pink tax) o impuesto de género (gender tax), y le hace a las mujeres pagar más en un 76,5% de los productos que los hombres, según el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).

¿Qué es el impuesto rosa?

El impuesto rosa corresponde al costo extra de productos o servicios cuando son destinados al público femenino, en especial cuando son funcionalmente idénticos a sus equivalentes destinados a los hombres.

«Muchas veces el producto es exactamente el mismo o no tiene diferencias sustanciales y, sin embargo, se dirigen a públicos diferentes según estereotipos de género«, explica Verdugo.

Estos estereotipos son asociados a través de una asignación de colores o funciones asociadas a ideas o diferencias entre lo femenino o lo masculino. Por ejemplo, el color rosado.

Este fenómeno no es propio de nuestro país. En 2015, el Departamento de Asuntos de Consumidores de Nueva York publicó el primer informe relacionado a este tema, concluyendo que las mujeres pagan en promedio 7% más que los hombres por productos similares.

¿Por qué las mujeres pagan más?

El Informe de Impuesto Rosa de 2021 del Sernac establece que este fenómeno es consecuencia de la estrecha vinculación entre la mujer y el hogar, lo que explicaría su mayor peso en las decisiones de consumo.

«En la mayoría de los hogares, son las mujeres las que hacen las compras o toman las decisiones respecto al consumo y a las compras del hogar. Por eso el marketing se dirige a ellas de forma particular«, indica la socióloga.

La experta también señala que otra razón cultural es que los productos masculinos siempre aparecen como neutros y los femeninos aparecen como añadidura. «Al ser un extra, hay que pagar más».

¿A qué productos se le aplica el impuesto rosa?

Esta alza se aplica desde ropa y juguetes hasta productos de higiene personal. Sin embargo, según el Sernac, el 76,4% se concentra en la categoría «Aseo y cuidado personal de adultos».

Este sobreprecio en general va entre un 7-24%, pero el Sernac ha demostrado que en algunos casos hay productos que pueden ser hasta un 92% más caros.

• Higiene personal: desodorante y productos de afeitado suelen tener precios más altos que insumos del mismo tipo, pero para hombres. Por ejemplo, uno para ellas cuesta en promedio un 30% más.
• Ropa: existen marcadas diferencias, incluso cuando se trata de prendas idénticas. A modo de ejemplo, una camisa de vestir para mujeres alcanza, en promedio, 40% más.
• Juguetes: este ítem para niñas, como muñecas y juegos de té, suele tener precios más altos que los destinados para niños. Por ejemplo, una muñeca alcanza valores un 20% más que un juego de construcción de tamaño y complejidad similar.
• Servicios de peluquería: cortarse el pelo también es más caro para ellas. Puede costar un 30% más.

Ahora bien, el impuesto rosa no solo afecta el precio de los productos, sino que también puede afectar la cantidad: «El producto en versión femenina puede tener menos unidades o menos gramos que la masculina», comenta Verdugo.