Buscando un lugar para escapar del antisemitismo, en 1948 los judíos europeos decidieron emigrar a Palestina y formar ahí su propio Estado.
Para los judíos, Israel es la tierra prometida, la promesa que Dios le hizo a Abraham, y que pasó luego a Isaac, su hijo, y finalmente a Jacob, su nieto. Este último tuvo doce hijos y cambió su nombre a Israel, cada uno de ellos patriarca de una de las doce tribus de Israel.
Pero así como para los judíos esa es su Tierra Prometida, para los cristianos esa tierra es la cuna de su religión, el lugar donde nació y murió Jesús de Nazaret. De la misma manera para los musulmanes, esa tierra es el lugar en el que Mahoma subió al cielo. Estos últimos son los palestinos.
Fue el Imperio Romano en el año 130 después de Cristo el que le cambió el nombre a Israel, pasándose a llamar Siria Palestina, o simplemente Palestina, una provincia más del Imperio. Luego vinieron las cruzadas y con la caída del Imperio Romano pasó la región a manos del Bizantino. Luego, por más de 4 siglos, hasta 1917 Israel fue parte del Imperio Otomano.
Todo este tiempo los judíos se mantuvieron alejados de Israel a manera de exilio, a lo que se le conoció como Diáspora Judía. A partir de la segunda mitad del siglo 19 comenzaron a llegar lentamente los primeros judíos a Israel.
Migración judía
La primera gran migración judía (Aliyá) ocurrió en 1881 producto de la persecución sufrida en Europa. Pero no fue hasta el surgimiento de la corriente política sionista, que sólo entre 1904 y 1914 hizo que aproximadamente 40 mil judíos llegaran a Palestina, que se comenzó a regularizar el regreso a su Tierra Prometida.
En 1917, poco antes de terminar la Primera Guerra Mundial, el gobierno británico emitió una declaración en la que favorecía el establecimiento de una patria definitiva para los judíos en Palestina. Apenas 3 años después Reino Unido se hizo con la administración de Palestina a modo de repartición luego de la guerra.
El avance del nazismo provocó que continúen llegando judíos provenientes de Europa a Palestina, causando más problemas entre árabes y judíos. En 1936 los judíos ya representaban el 28 % de la población.
Creación del Estado de Israel
Por la presión judía a Gran Bretaña, que había prometido la creación de un Estado judío a cambio de apoyo en la Segunda Guerra Mundial, la recién fundada Naciones Unidas decidió en 1947 dividir Palestina en dos estados, uno para los árabes y otro para los judíos. La llamada Resolución 181.
Un año después, en mayo de 1948 David Ben-Gurión declaró oficialmente la independencia de Israel, esto a pesar de estar en conocimiento de la reprobación de sus vecinos países árabes. 630 mil judíos vivían en Palestina para el año 1947.
Al día siguiente de la declaración de independencia judía, los países vecinos, declararon la guerra al naciente estado de Israel, guerra que se extendió por poco más de un año. Israel consiguió aproximadamente un 25 % de territorio extra del que tenía originalmente y desplazó a miles de palestinos a Egipto, Gaza, el Líbano y otras regiones.
Fueron aproximadamente 700 mil los palestinos los que tuvieron que salir de sus tierras luego de esta guerra, la primera de muchas. Mientras que los judíos se refieren a la guerra árabe-israelí como la Guerra de Independencia, los palestinos se refieren a ella como “La Catástrofe” (Nakba).
De la postguerra a la actualidad
Luego de la guerra que asentó definitivamente al Estado de Israel en la zona, comenzó el éxodo masivo de judíos a su tierra prometida. Primero fueron los sobrevivientes de holocausto y judíos de la zona Eurasia, luego los provenientes de países árabes vecinos y finalmente los judíos soviéticos, quienes empezaron a llegar en masa una vez disuelta la URSS en 1990.
Desde el fin de la guerra árabe-israelí, el conflicto entre ambos estados se reaviva cada cierto tiempo por grupos armados palestinos. Guerra del Sinaí (1956); Guerra de los seis días (1967), Guerra del Líbano (1982); Conflicto de la Franja de Gaza (2008–2009, 2014).