La deuda pública de un país se puede entender como los préstamos que pide un Estado para tener liquidez inmediata y así cumplir con sus obligaciones.
Al igual que la economía del hogar, cuando no alcanza con los ingresos por salarios, o impuestos en el caso del Estado, es habitual pedir prestado. A esto se le llama deuda pública.
En la teoría, la deuda pública son los compromisos monetarios adquiridos por el Estado a través de sus muchas reparticiones. Estas obligaciones pueden ser contraídas dentro o fuera del país y en ellas el gobierno se compromete a pagar el préstamo original más el interés.
Dependiendo de la confianza que inspire el país los préstamos y el pago de sus intereses pueden ser de corto y largo plazo, por ejemplo 1 a 3 años y 20 o más años respectivamente.
Estos préstamos se piden por lo general cuando el dinero recaudado por impuestos, la principal fuente de ingresos de un Estado, no es suficiente para solventar los gastos burocráticos, de políticas sociales ni de inversión.
Cómo funciona
La deuda pública tiene forma de préstamos y bonos, y puede ser adquirida tanto dentro como fuera del país.
Los Estados publican títulos de deuda (activos financieros) que pueden ser comprados por instituciones públicas, privadas y hasta ciudadanos. En los títulos emitidos queda estipulada la obligación de pago por parte del Estado, el interés del préstamo, cláusulas y otras condiciones.
De esta manera se obtiene la liquidez necesaria para financiar nueva infraestructura, políticas públicas y hasta para pagar deudas anteriores.
Hablar de un nivel bueno o malo de deuda depende solamente de las características propias de la economía de cada país.
Pero hay ciertos estándares. Comparar el valor de la deuda pública con el Producto Interno Bruto (PIB) es una buena manera para dar cuenta del nivel de endeudamiento. Por ejemplo, si un país tiene un PIB de 10 mil millones de dólares y una deuda pública de 5 mil millones de dólares, tendría que destinar la mitad de lo que produce en un año sólo al pago de su deuda.
Títulos de deuda emitidos
Por tiempo a pagar y confianza del acreedor se pueden diferenciar tres tipos de deuda.
Letras del Tesoro
Estos son activos de renta fija que emiten los Estados y que son adquiridos por los inversores con la finalidad de obtener un beneficio económico de la operación. Las letras de este tipo son utilizadas para obtener financiación a corto plazo, por lo general menor a un año.
Bonos del Tesoro
Con este título el Estado se compromete a ir pagando anualmente los intereses acordados y a devolver el monto total cuando venza el contrato. Estos préstamos son a mediano plazo, entre 2 y 5 años.
Obligaciones del Estado
Similar a los Bonos del Tesoro, el estado se compromete a ir pagando anualmente los intereses acordados y a pagar el monto total cuando venza el contrato. La diferencia en este caso va en los plazos de pago, que van entre los 10 y 30 años. Para estos préstamos se confía en la capacidad de pago a largo plazo, por lo que es importante la confianza que haya en la economía del país deudor.
El caso de Estados Unidos
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) el año pasado Estados Unidos tuvo un PIB de casi 25 billones y medio de dólares y una deuda pública que significaba el 122 % de esa cifra.
¿Pero como la economía más grande del llegó a ese nivel de endeudamiento?
Como toda deuda pública, pagando por obras de infraestructura, por un estado grande con muchos funcionarios públicos y por políticas sociales que siguen creciendo.
Pero Estados Unidos tiene una ventaja frente a los demás países del mundo. En palabras sencillas Estados Unidos tiene a su Banco Central, la Reserva Federal (FED), que es la encargada de fabricar dólares, la moneda más valiosa y con la que se transa todo en todo el mundo.
El principal comprador de los bonos de deuda de Estados Unidos es la misma FED. Simplificando, se deben y se pagan a sí mismos. Esto supone una desventaja en comparación a otros países que deben endeudarse y que sólo pueden fabricar su propia moneda, a veces con una fracción del valor de la estadounidense. Mientras, todo se sigue transando en dólares.
Lo cierto es que es un tema complejo pero que no deja ser real. El pasado 2 de junio el gobierno de Joe Biden volvió a prorrogar la solución de este problema eliminando el límite de endeudamiento estipulado en 31 billones de dólares, hasta el 2025.