La primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, renunció esta mañana a su cargo. Durante las seis semanas que alcanzó a ejercer el mandato fue duramente criticada por los parlamentarios nacionales.

Sin embargo, Truss se mantendrá en su cargo hasta que se eliga nuevamente la máxima autoridad política del Reino Unido. En este caso, será el próximo presidente del Partido Conservador (cargo al que la premier también renunció), ya que cuentan con mayoría parlamentaria. La política anunció que las votaciones se llevarán a cabo la próxima semana.

¿Por qué renunció Liz Truss?

«Asumí el cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional» comenzó señalando la premier, que se convirtió en la mandataria con menos tiempo en su puesto en la historia del Reino Unido (44 días). «Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato por el que fui elegida por el Partido Conservador», confesó la política, anunciando su esperada renuncia.

Recordemos que Liz Truss asumió dos meses después de la dimisión de Boris Johnson, el expresidente del Partido Conservador, por graves escándalos en su gestión. Su elección, también esperada (por la demora de los parlamentarios para elegir un nuevo premier) estuvo llena de expectativas y presiones.

Sin embargo, las primeras medidas económicas del Gobierno, vinculadas a la disminución de impuestos; un «minipresupuesto«, causó inestabilidad económica en el país, desvalorizando la libra esterlina frente al dólar, aumentando la deuda pública del Reino y poniendo el riesgo los fondos de pensión de los ciudadanos.

A pesar de que la premier modificó el programa económico e incluso sacó al Ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, uno de sus cercanos, la negativa del parlamento no cesó. Ya 16 diputados habrían expresado públicamente su deseo de que Truss renunciara, y otros 100 lo habrían expresado en privado.

Una última sesión

Sin embargo, la gota que rebalsó el vaso fue la tormentosa votación por el fracking ayer, en la Cámara de los Comunes. El fracking es una forma de extracción de energía subterránea que genera grandes consecuencias ecológicas en la zona afectada. No obstante, frente a la crisis energética provocada por la Guerra entre Rusia y Ucrania, este método podría traer algunas soluciones, y Truss buscaba levantar su prohibición.

La oposición había puesto esta votación en urgencia, por lo que se votó ayer. En la instancia, algunos parlamentarios acusaron hostigación, incluso física, de parte de miembros del Gobierno, para incitar a votar en contra de la prohibición. De hecho, el mismo Gobierno habría amenazado con desvincular del Partido Conservador a los parlamentarios «rebeldes» que apoyaran la moción.

Y, a pesar de que finalmente la moción fue rechazada, la clase política advirtió la desorientación y los choques de ideas dentro del mismo partido gobernante. Además, costó la renuncia de Suella Braverman, la ministra del Interior, una de las favoritas de su grupo político. La jefa de cartera se fue no solo cuestionando las promesas incumplidas durante el Gobierno, sino también dudando de la intención del Ejecutivo para cumplirlas.

Tras la jornada, la continuidad de Truss había sido aún más puesta en duda. De hecho, este mismo día, cuando los parlamentarios solicitaban su dimisión, la premier les aclaró «soy una luchadora y no una desertora«.

Ahora el Partido Conservador debe buscar un nuevo candidato. Boris Johnson vuelve a perfilarse como posible reemplazo en el mando británico.