La crisis bancaria está avanzando por el planeta. La caída del Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank en EEUU  y el desplome del Credit Suisse Bank (CSB) son señales similares a lo que pasó en 2008, en una de las peores crisis económicas de la historia.

Sin embargo, la experiencia de ese caso ha permitido una acción veloz de parte de algunas instituciones estatales. Mientras el Gobierno estadounidense prometió proteger los capitales de los clientes de SVB, el Banco Nacional Suizo (con aval gubernamental) compró el CSB para «salvar» las inversiones de los clientes.

Además, la misma prevención de la crisis de 2008 ha generado una regulación bancaria más robusta y estricta, lo que permite mayor seguridad en estos casos. Por tanto, la respuesta tanto del gremio como de los gobiernos locales es más veloz y certera.

No obstante, aún existe preocupación de que durante las próximas semanas esto se convierta en un caso sistemático en la banca internacional.

¿Qué sabemos sobre la crisis bancaria?

Lo primero fue la caída del Silicon Valley Bank, el 16° banco más grande de EEUU. Después vino el tiempo de Signature Bank, que tuvo que ser rescatado por el New York Community Bank. A los días una serie de banco de Wall Street se unieron para salvar a First Republic, otro banco estadounidense.

Hasta ahí el susto era menor. Tanto SVB como Signature tenían mucha inversión en el sector tecnológico, un área que mejoró en pandemia pero ha caído durante los últimos meses. No obstante, la caída del Credit Suisse Bank, uno de los 30 mayores bancos del planeta, causó mayor preocupación.

Si en 2008, cuando Lehman Brothers quebró y desató la crisis, el problema fue la «burbuja inmobiliaria» en Estados Unidos ¿Cuál es el problema ahora?

Posterior a la pandemia y una vez iniciada la guerra Rusia-Ucrania, hubo un encarecimiento mundial de algunos productos básicos. Esto provocó que durante 2022 la inflación a nivel mundial subiera de forma acelerada, alcanzando las dos cifras en algunos países. La reacción de los bancos centrales en muchos, incluído de Chile y Estados Unidos, fue encarecer las tasas de interés. Esto permite un mayor incentivo al ahorro y detener el alza de los precios.

No obstante, para los bancos esto generó un gran problema. En Estados Unidos muchos bancos invierten en los bonos del tesoro de la Reserva Federal, una de las formas de inversión más seguras- hasta ahora- debido a la bajas cifras de interés, cercanas a cero y con poca movilidad. No obstante, el aumento de las tasas hizo que la rentabilidad de los bonos invertidos se redujera desde un 3,9% promedio a un 1,79%. Esto colapsó la seguridad financiera de los bancos más «débiles», como SVB que dependía mucho del mercado tecnológico.

¿Tendrá efectos en la economía?

La experiencia de 2008 nos demostró que cuando se crea una crisis bancaria de forma sistemática y se menoscaba la financiación de estas empresas en la economía nacional, llega a tener efecto negativo sobre los precios en el mercado. Recordemos que los bancos son los grandes depósitos de los recursos nacionales, y sustentan la seguridad de la economía.

No obstante, se cree que este no alcanzará a una parte importante del gremio. El mismo Nobel de Economía, Paul Krugman, indicó esta semana que «SVB no es Lehman y 2023 no es 2008. Probablemente no estamos viendo una crisis financiera sistémica»

Además, las rápidas acciones gubernamentales entregan seguridad sobre el futuro de estos capitales. Recordemos que existe la protección de depósitos sobre los bancos, que te garantiza la devolución hasta cierto monto -dependiendo el país- de tus fondos en caso de quiebra. En este caso, el gobierno estadounidense prometió proteger sin límites a los clientes de Signature y SVB.

A pesar de que aún no se conoce con exactitud qué será de esta crisis bancaria recién iniciada, debido a la complejidad del sistema bancario, es importante entender que estamos mejor preparados que en 2008, y que las condiciones financieras que iniciaron el problema no son las mismas que hace dos décadas.