Cómo será el Cónclave que elegirá al Papa

Cerca de 140 cardenales definirán quién será el nuevo sumo pontífice.
El Papa Francisco murió este lunes y dejó en vacancia el puesto de la máxima autoridad de la Iglesia Católica. El Vaticano decretó 9 días de luto, dando inicio a un proceso que termina con la elección del nuevo Papa.
Su sucesor se definirá a través de un Cónclave, que aún no tiene una fecha determinada. Sin embargo, comúnmente se celebra entre 2 a 3 semanas después del fallecimiento del Papa.
Esto permite que cardenales de todas partes del mundo viajen al Vaticano a la espera de la votación.
La instancia previa del Cónclave también es fundamental para la votación, ya que se realizan reuniones (congregaciones) entre grupos de cardenales, donde, generalmente, se levantan los candidatos de los diferentes sectores. De hecho, de esta forma Bergoglio llegó a ser uno de los favoritos en 2013.
Aunque cualquier persona bautizada es apta para ser Papa, la tradición establece que la máxima autoridad se elige entre cardenales y altos cargos de la Iglesia Católica.
¿Qué es el Cónclave?
Después de los días de congregaciones y conversaciones entre los cardenales, llega el Cónclave, una instancia donde cerca de 140 cardenales definen quién será el próximo líder católico.
Todos ellos (salvo los mayores de 80 años) se reúnen en la Capilla Sixtina, donde deben jurar que mantendrán en secreto todo lo que ocurra durante el Cónclave, incluyendo las votaciones y las discusiones en el interior.
De hecho, su origen proviene de la expresión en latín cum clave, que al castellano se podría traducir como “bajo llave“, lo que revela la importancia del secretismo de la reunión. Durante el tiempo que dure la votación, los cardenales están asilados, mientras la Guardia Suiza vigila el proceso.
¿Cómo funciona el Cónclave?
Una vez en reunión dentro de la capilla, los cardenales reciben una papeleta, donde escriben el nombre de su favorito y proceden a votar.
Para esta elección no hay candidatos. Cada uno de los cardenales define quién es su opción favorita. Para tener un ganador, se necesita dos tercios de los votos. Si no se alcanza este quórum se repite la votación.
Por lo general, se hacen 4 votaciones por día. Si no se logra definir un ganador en una jornada, se sigue votando en la próxima.
Por cada votación, hay una “fumata” que avisa si hubo consenso o no. Cuando no se logra definir un candidato, el humo es negro. No hay comunicación con el exterior.
En el caso de que se defina un nuevo Papa, el humo sale blanco. Además, las campañas de la Basílica de San Pedro suenan para confirmar la noticia.
De todas formas, el nominado debe aceptar (o no) su nuevo cargo. En ese momento define también cuál será su nuevo nombre. Posteriormente, se pronuncian las famosas palabras en latín:
Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam! (Les anuncio una gran alegría ¡Tenemos Papa!).
Entonces, el nuevo Papa se presenta oficialmente a la comunidad y entrega su primera bendición como la máxima autoridad de la Iglesia Católica.