Qué dice el testamento del Papa Francisco
El sumo pontífice pidió ser enterrado de una forma sencilla, y solicitó que sus restos se queden en la Basílica Papal de Santa María Mayor.
El Vaticano publicó el testamento del Papa Francisco horas después de informar su muerte a causa de un derrame cerebral.
Se trataría de unas de las últimas palabras que entregó el sumo pontífice. En ellas pide cómo quiere que sea su sepulcro, encomendándose a la figura de la Vírgen María.
“Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la vida eterna, deseo expresar mi voluntad únicamente respecto al lugar de mi sepultura”, menciona el testamento.
“Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, Santa María. Por lo tanto, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor“, escribe Bergoglio sobre es templo, una de las cuatro basílicas mayores de Roma y la más importante del culto a María.
“Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano donde iba a orar al inicio y al final de cada viaje apostólico, a confiar mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su dócil y materno cuidado“, señaló el Papa Francisco en esta carta.
Sepulcro Sencillo, paz mundial y fraternidad entre los pueblos: el sentido testamento del Papa Francisco
El Papa solicitó a través de este texto los detalles de su entierro. Por ejemplo, pidió que su tumba se separe “en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la mencionada basílica” (de Santa María la Mayor).
“El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus“, mencionó el Papa en su carta.
Además, Jorge Bergolgio mencionó que “los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto“, y señaló que instruyó para esto al Comisionado Extraordinario del Capítulo Liberiano, Rolandas Makrickas.
“Que el Señor les dé la recompensa merecida a quienes me amaron y seguirán orando por mí. Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos“, señaló, en su último testamento, el Papa Francisco.