Chile registró este lunes su inflación interanual más alta en 28 años, con 13.1%. El índice que se mantuvo controlado por varias décadas comienza a alzarse con un panorama internacional recesivo, incertidumbre política interna de cara al plebiscito constitucional este 4 de septiembre y un alto gasto fiscal en periodo de pandemia.

La cifra sigue la constante de los últimos meses. Solo este año se han registrado alzas por 8,5% en el Índice de Precios del Consumidor (IPC).

Así, los precios de algunos servicios- en especial transporte (3,4%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (1,9%)- han aumentado considerablemente este mes.

Chile presenta la inflación interanual más alta en 28 años

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentó su último boletín sobre el IPC, que registró un alza de 1,4% mensual. Con esto, registra una inflación interanual de 13,1%, la más alta registrada desde 1994.

En concreto, 10 de las 12 divisiones de la canasta básica subieron sus precios, exceptuando Vestuario y Calzado (-2,7%) y Educación (0%).

Cristóbal Gamboni, economista del OCEC de la Universidad Diego Portales, explica que «el aumento del IPC es generalizado: 63% del total de productos en la canasta del IPC subieron de precio. En especial, los bienes transables, como alimentos y energía, tuvieron una aceleración en el alza de sus precios respecto al mes anterior».

Su homólogo de la Universidad de Viña del Mar, Roberto Gormaz, señala que «esta es la primera crisis inflacionaria real en los últimos 30 años«. Esto explica, según el experto, que el «Banco Central, durante estas tres décadas ha hecho bien su trabajo, por tanto, la autonomía del mismo debe resguardarse».

El vicepresidente del Consejo Fiscal Autónomo, Hermann González, comparte la premisa: «En la práctica nuestro país había tenido una exitosa lucha contra la inflación«.

Gormaz indica que la responsabilidad fiscal es esencial en todo este proceso. Además, señala que «esta no es una crisis financiera, es una crisis productiva, es decir que hay una desaceleración económica, que influye productividad, empleo e inversión, (lo) que genera una crisis inflacionaria».

¿Por qué tenemos tanta inflación?

González asegura que «hay que considerar que la inflación viene subiendo desde el año pasado. Están los efectos de la pandemia, que afectó en la producción de bienes y servicios, lo cual afectó la oferta de bienes».

Según Gormaz, esta crisis económica responde a dos situaciones; una recesión económica internacional, provocada por distintos motivos, y altos gastos fiscales generados en la pandemia del covid-19. «Acorde a los estudios del Banco Central, un tercio de la inflación se debe a características externas«, indica.

Este tercio se dividiría, a sí mismo, en distintos fenómenos. Primero el aumento de tasas de interés de Estados Unidos, la recesión productiva provocada por el covid-19, y el estancamiento de transporte comercial provocado por los conflictos mundiales como en Rusia y Ucrania o China y Taiwán.

Gamboni comparte la influencia del ambiente económico extranjero en la inflación: «La guerra de Ucrania ha impactado mucho en precios de alimentos y combustibles, elevando la importancia del componente externo».

Un problema interno

El experto de la Universidad de Chile menciona que «los factores internos, relacionados principalmente al consumo, siguen siendo lo más importantes».

Gormaz, por su parte, responsabiliza algunas decisiones económicas tomadas con intereses políticos más que técnicos, como los retiros de fondos previsionales. El economisma afirma que «dos tercios de la inflación son internas (…) lamentablemente, y debido al contexto, (los retiros de fondos) era la única solución que había».

González señala algo similar, «se suma, en el caso de Chile, medidas de estimulo muy significativas, que expandieron la capacidad de gasto, la demanda de los hogares, me refiero a los retiros de fondo previsionales, por más de 50 mil millones de dólares, y el IFE universal, con un costo mensual superior a los 3 millones de dólares«.

También señala que «el tipo de cambio, que en en julio promedió $953,71, se ha elevado tanto por componentes internos (incertidumbre) y externos (fortaleza del dolar internacional y menor precio del cobre), influyendo en los muchos productos importados que las familias consumen».

¿Qué significa esta crisis?

Como indica el boletín del INE, varias divisiones de productos han aumentado considerablemente sus precios.

En la variación anual, se presentan 10 alzas en las 12 divisiones. Transporte marcó un 26,4%, alimentos y bebidas no alcohólicas 19,4%, restaurantes y hoteles 18,6%, recreación y cultura 16,4% y vivienda y servicios 10,7%.

Esto representa un problema para el bolsillo de los chilenos y chilenas. Gormaz explica que «(las divisiones) son ejes centrales en todo lo que es la cadena de producción, mientras más altos son los costos bases, todos los siguientes costos en estas cadenas van a ir aumentando, para poder suprimir la pérdida».

¿Cómo afecta al bolsillo?

Por su parte, Gamboni señala que «el efecto más directo es que los precios de los bienes que consumimos los hogares están experimentando alzas que no veníamos desde hace tres décadas, afectando las decisiones de consumo e inversión de los hogares».

Además, agrega que «también estamos viendo caída en los salarios reales, es decir, los salarios descontados por inflación, llegando a -2,2% anual en junio». Asimismo, «se han encarecido las opciones de créditos de todo tipo, al tener la tasa de interés que determina el Banco Central en 9,45%».

En resumen, el experto indica que «esto significará que las autoridades económicas «retiren impulso», es decir, que el Banco Central siga subiendo la tasa y el gobierno gaste menos, disminuyendo el crecimiento económico y afectando la generación de empleos en el camino«.

Esta situación es excepcional. González explica que «estamos en un escenario inédito de manera de inflación. Hay una generación completa que jamás en su vida ha enfrentado un episodio de tanta inflación como ahora» .