Posee el menor tiempo de carga de los automóviles no combustibles, pero la mayor contaminación indirecta.
Los autos que funcionan a base de hidrógeno han ganado cada vez más terreno en el panorama mundial. Compiten con las otras alternativas de baja emisión -como los otros autos eléctricos– para ser el futuro de la movilidad vehicular.
En Chile se presentó el primer modelo motorizado por pila de hidrógeno que podrá circular por suelo nacional, el Toyota Mirai. Se trata de uno de los pocos modelos con este sistema que han alcanzado una producción comercial, y el primero autorizado en Latinoamérica.
Entre las principales ventajas de los autos a pila de hidrógeno, está su reducido tiempo de carga (Toyota Mirai demora solo 15 minutos) y su emisión local cero. Por otro lado, entre sus desventajas se encuentran los elevados precios, menor eficiencia y emisión global mayor que sus pares eléctricos.
¿Cómo funcionan los autos de hidrógeno?
Los vehículos que funcionan con hidrógeno poseen un gran y complejo sistema de motorización. Esta es una de las razones de por qué todos los modelos son de gran tamaño.
Su principal estructura es una pila de hidrógeno almacenado, que se combina con oxígeno conseguido desde el aire. Ambos elementos en interacción provocan electricidad y agua. Mientras el líquido se deposita y se evacua como vapor de agua (consiguiendo la cero emisión local) la electricidad es recogida por una pila de combustible.
Posteriormente, un extractor recoge la energía acumulada para hacer funcionar el motor eléctrico y la caja de cambios. Esto permite que se muevan las 4 ruedas de forma simultánea.
Se pueden recargar en estaciones de surtidores de hidrógeno, con tiempo de carga de entre 3 a 15 minutos (varía según el modelo), consiguiendo una autonomía cercana a los 700 kilómetros, en el escenario ideal (dependerá de los bares autorizados).
Al ser parte de un plan piloto, el único centro de carga a nivel nacional estará en el centro de Toyota Chile.
Los problemas de los vehículos de hidrógeno
A pesar de ser una de las promesas del futuro automotriz, la tecnología de estos vehículos no está tan desarrollada. De hecho, actualmente solo existen los siguientes modelos con licencias comerciales (principalmente en Europa): Toyota Mirai, Hyundai Nexo, Honda Clarity Fuel Cell, BMW Hydrogen NEXT, y Land Rover Defender.
Sus iniciales proyectos, sin embargo, traen consigo muchas desventajas. Primero que todo, su alto precio, tanto para comprar los modelos disponibles como para utilizarlo (poco tiempo de vida e hidrógeno caro), lo hace menos accesible que los tradicionales o eléctricos.
Además, son menos eficientes que sus pares, ya que consumen mayor cantidad de energía por kilómetro recorrido.
Esto mismo provoca que su contaminación global, por la producción de hidrógeno -que sí genera elementos residuales- sea una de las mayores dentro de la categoría de autos “ecológicos”. Recordemos que gran parte de las productoras de hidrógeno provienen de combustibles fósiles, principalmente gas natural. No obstante, esto podría cambiar con la transformación hacia el hidrógeno verde.
Asimismo, la volatilidad e inflamabilidad del hidrógeno convierte a este motor en un producto peligroso. Aunque, lógicamente, los productos poseen una garantía de calidad para que no sucedan estos accidentes.
¿Qué podemos esperar a futuro?
Gran parte de las autoridades a nivel internacional están generando políticas públicas para incentivar la tecnología menos contaminante. Recordemos que las emisiones de dióxido de carbono -provocadas, en parte, por los automóviles combustibles- aún se mantienen en niveles altísimos, acelerando el calentamiento global.
Según Global Carbon Proyect, debemos emitir cerca de 400 mil toneladas de dióxido de carbono para alcanzar un sobrecalentamiento de 1.5° Celsius, y que la vida humana en el planeta empiece a verse amenazada por las condiciones climatológicas y ecosistémicas. Considerando que el 2021 emitimos más de 36 mil, podríamos alcanzar la fatídica meta en menos de 15 años.
Una de las medidas más populares para alcanzar la carbono neutralidad es acabar con los autos combustibles. De hecho, Chile ya se propuso vender solo autos eléctricos para 2023, incluso impulsando la medida al transporte público.
No obstante, aún queda camino para que los automóviles eléctricos (incluyendo los modelos de pila de hidrógeno) sean usados masivamente. Probablemente comiencen a ser más accesibles y de mayor calidad una vez ingresen al mercado, tal como ha sucedido con las energías renovables.