Desde finales de 1974 y hasta mediados de 1975 funcionó este edificio de la dictadura donde se practicaron graves violaciones a los derechos humanos.
La Venda Sexy, también llamado Discoteque, fue uno de los centros de detención y tortura más conocidos de la dictadura militar. Este funcionó desde 1974 hasta 1975, de forma paralela a Villa Grimaldi.
Este martes la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema sentenció a 15 años y 1 días de presidio a los exagentes de la Dirección Nacional de Inteligencia, Manuel Rivas Díaz, Hugo Hernández Valle y Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, respaldando la sentencia entragada anteriormente por la Corte de Apelaciones de Santiago.
Se decretó que los funcionarios de la dictadura ejercieron delitos de lesa humanidad contra 10 víctimas. Seis mujeres sufrieron tormento con violencia sexual, mientras cuatro hombres secuestro calificado y tormentos.
Además, en cel ontexto de la conmemoración de los 50 años, la Cámara de Diputados aprobó condenar los delitos por violencia sexual cometidos en dictadura. Estos crímenes, según afirmaron los autores del proyecto, no han “tenido la visibilidad y el repudio que requiere, así como tampoco las medidas de reparación suficientes”.
¿Qué fue la Venda Sexy?
La Venda Sexy se encontraba en la Calle Irán 3037, en el sector de Quilín, en la comuna de Macul, de la Región Metropolitana. Era una casa de dos pisos con un subterráneo, según consigna el Informe Valech.
El lugar tenía piso de parquet, con una ventana redonda en el baño, y una escalera de mármol grande, curva y larga. En este centro de tortura, todo el tiempo sonaba una música ambiental en el edificio, razón por la cual se apodó como “La Discoteque”.
En este centro se detenía a los opositores de la dictadura. Todos ellos eran vendados, y permanecían en habitaciones por grupos, aunque separados hombres de mujeres. Los agentes cubrían turnos diarios, y en las noches los reclusos quedaban a cargo de los guardias.
Según consignan las denuncias del informe, los detenidos eran llevados al subterráneo para practicar interrogatorios y torturas. En este centro se practicó con énfasis el abuso, la tortura y las violaciones contra hombres y sobre todo contra mujeres.
Los agentes de la DINA tenían un perro especial entrenado para cometer estas vejaciones. Aquí destacó Íngrid Olderöck, también conocida como “la mujer de los perros“, que entrenó canes particularmente para estas torturas, y que inspiró el reconocido corto chileno La Bestia.
Además, en este lugar, los testigos denunciaron golpes, descargas eléctricas, congelamientos, quemaduras y asfixias. Además, también sufrieron maltratos psicológicos, privación de sueño, así como fueron obligados a presenciar torturas a otros miembros del centro.
Generalmente, después de días, semanas o incluso meses los agentes trasladaban a los presos a otros centros como Villa Grimaldi o Tres Álamos. Sin embargo, cerca de 20 personas desaparecidas en dictadura se vieron por última vez en la Venda Sexy.
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