El exilio chileno se transformó en fenómeno inédito en la historia del país, ya que no tenía precedentes en cuanto a su masividad, los factores y condiciones que originaron la salida.
A partir del 11 de septiembre de 1973 miles de hombres, mujeres y niños debieron salir del país a causa de la dictadura y la persecución política que esta trajo.
Según la Sub Red de Informática de las Instituciones de Derechos Humanos el exilio se define como:
“Un proceso de salida del país de grandes masas de la población como resultados de acciones represivas directas del Estado, como expulsiones, extrañamientos, prohibiciones de ingreso, y de la generalización de una situación de temor creada por el Estado y que obliga a muchas personas a abandonar el país como única garantía de preservar su vida, su integridad física y psíquica y su libertad”.
Algunos lo hicieron como asilados, otros fueron expulsados del país, otros fueron condenados a la pena de extrañamiento y muchos salieron por su cuenta. De esta manera muchos comenzaron a vivir en el exilio.
El exilio chileno 1973-1990
Tras el golpe de Estado, la Junta Militar comenzó a aplicar al pie de la letra la Doctrina de Seguridad Nacional, catalogando a muchos como enemigos internos, sujetos peligrosos, marxistas o terroristas sólo por pensar distinto.
De esta manera, el exilio y el desarraigo fue una de las herramientas del régimen para eliminar la presencia en la sociedad chilena de opositores, para ello, hubo tres leyes que hicieron esto legal: El Decreto Ley 81 de 1973, el Decreto Ley 604 de 1974 y el Decreto Superior 504 de 1975.
No se sabe con exactitud la cifra de exiliados políticos ya que existen grandes diferencias entre las cifras oficiales y las de los organismos de derechos humanos, sin embargo, se estima que hubo más de 200.000 exiliados en total dispersos en los cinco continentes y en una diversidad amplia de países.
En una primera etapa, una parte importante de exiliados permaneció en América Latina, en particular en Argentina, pensando que el exilio sería de corta duración y era mejor estar cerca, también recibieron el exilio chileno países como Venezuela, Perú y México.
Más allá de las fronteras latino-americanas, Canadá, Australia, Suecia, Holanda y los países latinos de Europa como Francia, España, Italia acogieron a los chilenos.
Así, el exilio chileno se caracterizó por su masividad, su dispersión geográfica y su composición social, ya que no solo afectó a ministros de Estado, altos funcionarios del gobierno de la Unidad Popular, sino que también a dirigentes sindicales, obreros, estudiantes, campesinos y profesionales que salieron acompañados de sus grupos familiares.
En este contexto, es posible distinguir distintos contingentes de exiliados:
- El primer contingente es el de los asilados políticos, este se sitúa principalmente entre 1973 y 1975.
- Un segundo contingente se sitúa entre 1975 y 1979 y corresponde a los presos políticos expulsados y a los que cambiaron su condena de prisión por extrañamiento (prohibición de ingresar al país). Estas cifras son las más confiables, ya que existen los salvoconductos, los decretos de expulsión y de extrañamiento.
- Simultáneamente a lo largo de esos años hubo un flujo masivo y constante de exiliados políticos que salieron por cuenta propia principalmente entre 1973 y 1976, aunque el autoexilio fue algo que se sostuvo de manera decreciente hasta 1980. Estos se ubican en un primer momento en Argentina y Perú esperando ubicar desde allí un lugar donde establecerse.