Este martes la Comisión de Hacienda comenzó a legislar la reforma de pensiones que despacharon este lunes desde la Comisión de Trabajo, y que crea, entre otras cosas, un Seguro Social Previsional.
El actual proyecto busca que este nuevo organismo reciba la mitad del 6% de cotización adicional que quiere incluir el Gobierno para mejorar las jubilaciones de forma inmediata y futura.
De esta forma, se generarán prestaciones de carácter solidario, es decir, tiene la finalidad de “financiar una pensión que incluirá prestaciones con elementos de carácter contributivo y complementos por brechas de género y cuidados“.
El resto de este porcentaje se irá a las cuentas individuales, para mejorar directamente las pensiones de cada cotizante. Aunque un tercio de este último porcentaje también será parte de un complemento de solidaridad intergeneracional. De todas formas, cada persona podrá elegir si este 3% restante, que se sumará al actual 10%, será administrado por un inversor privado o uno público.
No obstante, el proyecto previsional recién ingresó en el trámite legislativo, por lo tanto, es posible que tenga algunas variaciones, o que simplemente no logre aprobarse. Desde Chile Vamos y Republicanos ya expresaron que no apoyarán la medida, aunque el oficialismo cuenta con el ‘centro no alineado’, que reúne a la DC, PDG, Demócratas, entre otros.
¿Cómo funcionará el Seguro Social de la nueva reforma de pensiones?
El Seguro Social Previsional será una institución bajo la administración del Instituto de Previsión Social, a cargo del Ministerio de Trabajo. La gestión de sus inversiones estará a cargo del nuevo Fondo Integrado de Pensiones (FIP), órgano público autónomo que tendrá como única misión “la obtención de una adecuada rentabilidad, seguridad y sustentabilidad del Fondo“.
Este se conformará por todos los trabajadores dependientes con contrato vigente, y se incorporarán de forma automática al iniciar una relación laboral. En este sentido, el FIP se financiará a través del 3% adicional que ingresen los cotizantes, generando un “fondo común”.
Su fin será entregar pensiones ‘mínimas’ para quienes no tengan una jubilación suficiente, tanto ahora como en el futuro. En específico, reconoce que sus fondos serán la “garantía con solidaridad intergeneracional, el complemento por cuidado de terceros y la compensación por diferencias de expectativa de vida”.
Más adelante la reforma, que dedica un capítulo entero al funcionamiento del Seguro Social y el FIP, establece garantías y complementos para una serie de casos diferentes, con la intención de que todos alcancen una pensión mínima o devoluciones por su apoyo al Fondo.
Por ejemplo, se establece que los pensionados por vejez o invalidez, actuales y futuros, tendrán derecho a una garantía de 0,1 UF por cada 12 meses de cotizaciones en el sistema, con máximo de 30 años acumulables.
Además, hay complementos para cuidadores de terceros y compensaciones por diferencias de expectativas de vida (que afecta a las mujeres). En ambos últimos casos, tendrán que estar dentro del Seguro Social Previsional.
Asimismo, se definen opciones voluntarias para los trabajadores independientes que quieran estar en el Seguro, con los mismos porcentajes de aporte que los empleados contratados.