Durante esta semana la Cámara de Diputados discutirá y votará en general la reforma de pensiones que presentó el Gobierno durante 2022 y que actualizó este año.

Este representa uno de los mayores proyectos legislativos que el Ejecutivo presentó al Congreso, y buscará cambiar de forma radical el actual sistema de pensiones, con una serie de modificaciones al decreto ley 3.500.

Ahora, tendrá que pasar por la aprobación de Hacienda, para después votarse en general, y probablemente en particular en la Cámara, y más adelante ratificarse en el Senado, en el caso de que avance en todas las etapas.

Para esto cuenta con el apoyo de todos los partidos oficialistas y los que integran el ‘centro no alineado’ (DC, Demócratas, PDG, Amarillos e Independientes). Por otra parte, quienes ya adelantaron que votarán en contra son Chile Vamos y Republicanos, con alta representación en ambas cámaras.

En el caso de que llegue a ser ley, las normativas de esta reforma entrarán en vigencia 25 meses después de su publicación en el Diario Oficial. Es decir, al menos dos años después de que salga del Congreso, que terminará, como mínimo, en marzo de legislar.

Las claves para entender la reforma de pensiones

Uno de los cambios más importantes es el fin de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), tal como las conocemos. En su reemplazo existirán los Inversores de Pensiones privados, más un Inversor de Pensiones del Estado (IPE).

De esta forma, los cotizantes podrán elegir si invertirán sus ahorros previsionales en un órgano público o privado, que competirán por entregar mejores servicios. En este sentido, cada Inversor de Pensiones tiene que tener, al menos, 10 Fondos Generacionales, que se diferencien por nivel de riesgo y retorno.

Además, las antiguas AFP perderán su condición de administración, ya que se creará un Administrador Previsional que tomará esta función para todos los cotizantes, tanto en las cuentas de ahorro individual, las de ahorro voluntario, así como en prestaciones y beneficios que entregue la ley.

Cotización adicional, Seguro Social y aumento de la PGU

La reforma también propone la incorporación de un 6% de cotización adicional, que se sumará al 10% ya existente. Este porcentaje se dividirá entre un 3% para la capitalización individual, con un componente de solidaridad intergeneracional, y otro 3% para los complementos, garantías y compensaciones que contemple el Seguro Social Previsional.

Esta última institución es otra de las creaciones de la reforma de pensiones, que buscará entregar jubilaciones mínimas a cada persona que no tenga una pensión suficiente. Además, se hará cargo de problemas actuales en el sistema, como mejorar las pensiones de ahora (solidaridad intergeneracional), jubilaciones para personas cuidadoras y las diferencias en expectativas de vida, que afecta a las mujeres.

Para el Seguro Social también se creará el Fondo Integrado de Pensiones (FIP) que se encargará de recibir las cotizaciones de los trabajadores para este propósito. De hecho, estar dentro del FIP y el Seguro Social serán requisitos para poder acceder a sus beneficios previsionales.

Además, también se contempla un aumento de la PGU a $250 mil, considerando también los aumentos anuales que debe tener en razón del IPC. Sin embargo, esta se aplicará siempre y cuando se den condiciones económicas específicas, que explicamos en el siguiente artículo:

Cómo funcionará el aumento de la PGU en la reforma de pensiones