Este lunes el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago determinó internación provisoria para el primer sospechoso del caso de secuestro y homicidio en contra del exteniente venezolano Ronald Ojeda. El imputado es un joven de 17 años, de nacionalidad venezolana, que ingresó irregularmente a nuestro país.

Según mencionó el fiscal a cargo del caso, Héctor Barros, en la audiencia se estableció completamente la participación del joven en el delito de secuestro con homicidio. No obstante, esta persona se encargó solo de prestar cobertura y traslado a quienes secuestraron a Ronald Ojeda.

Por tanto, no se trata de una de las tres personas que se vieron en las grabaciones secuestrando al militar.

Fiscales @ECOH_FiscaliaRM lograron la internación provisoria de imputado venezolano de 17 años formalizado por secuestro con homicidio de Ronald Ojeda. pic.twitter.com/qvHToKXym6

— Fiscalía Nacional (@FiscaliadeChile) March 4, 2024

Pero ¿qué es la internación provisoria? ¿qué medidas contempla y por qué se aplicó en este caso?

¿Qué es la internación provisoria?

Esta es una medida cautelar exclusiva para las personas con más de 14 años y menos de 18, que por su edad no pueden ingresar a un centro penal tradicional a realizar su prisión preventiva.

Según la Ley 20.084, que establece el sistema de responsabilidad de los adolescentes por faltas penales, se dictaminará internación provisoria (en centros cerrados) siempre y cuando el imputado haya cometido una conducta que, si fuese mayor de 18 años, se consideraría un crimen.

Para esto en Chile, en 2007, empezaron a crearse los Centros de Internación Provisoria (CIP), que actualmente son 18. Estos los dirige el Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, mientras que de la seguridad se encarga Gendarmería.

Estas instituciones mantienen a los menores privados de libertad durante día y noche, aunque los jueces pueden conceder permisos diarios en los casos óptimos. Los CIP tienen un nivel más de privación que los centros de internación semi cerrados.

El enfoque aquí es diferentes al de las cárceles tradicionales, por tratarse de menores de edad. En los CIP existe un acompañamiento educativo y psicosocial, además de herramientas recreativas, deportivas y de salud.

Cada adolescente cuenta con un plan individual que les debe permitir encontrar un camino a la reinserción social, minimizando el impacto del castigo penal lo mayor posible, en concordancia de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

En muchos casos los tiempos de internación cambian con respecto a lo que se estableció inicialmente, debido a los recursos que se presentan, que buscan acortar o mantener los tiempos de privación de libertad para los jóvenes.

Durante el 2022, se registraron una de las menores cifras de inserción al CIP en los últimos años, según mencionó la Cuenta Pública del Sename. De las 748 plazas disponibles en los centros, solo 375 se utilizaron en 2022. Mientras que en 2020 superaron las 900, según informó la Defensoría de la Niñez.