Chile se prepara para enfrentar las frías consecuencias del fenómeno de La Niña, que se manifestará durante los meses de julio, agosto y septiembre de este año.
Este fenómeno climático, conocido por sus efectos de enfriamiento en las temperaturas globales, que provoca inviernos más fríos y secos, puede generar daño tanto en la agricultura, en la energía y otras áreas de la vida de los ciudadanos.
Para esta versión, se estiman temperaturas de hasta -1°C, no tan frías como en otras ediciones. Por esta razón, este tipo de frentes se conocen como “La Niña débil”.
Fenómeno de La Niña llegará después de lo pronosticado a Chile
A pesar de que inicialmente los centros climáticos nacionales estimaron que La Niña llegaría a Chile desde este mes de junio hasta agosto, no vimos presencia de este fenómeno durante estas últimas semanas.
Lo cierto es que ahora el clima continúa en el fenómeno de El Niño, que a diferencia de La Niña que provoca fríos y temporadas secas, se caracterizó por traer precipitaciones a gran parte de la zona centro y sur del país.
De hecho, hubo varios sistemas frontales y ríos atmosféricos que afectaron fuertemente algunas localidades. Asimismo, se registraron tornados, tormentas eléctricas en algunas ciudades y nieve en gran parte del sector cordillerano.
Ahora, los centros climáticos indican que La Niña comenzaría recién en julio y se extendería hasta septiembre, manteniendo temperaturas bajo los -0,5 °C durante esta temporada.
¿Qué debemos hacer durante la temporada de La Niña?
Las autoridades, como Senapred, entregan las recomendaciones para evitar daños al enfrentar las consecuencias del fenómeno de La Niña:
- Aislamiento de viviendas: Revisar y mejorar el aislamiento térmico de las viviendas para conservar el calor y reducir el consumo de energía.
- Equipamiento adecuado: Asegurarse de contar con ropa de abrigo adecuada y equipos de calefacción en buen estado.
- Consumo energético: Ser conscientes del uso de la energía y evitar sobrecargar las redes eléctricas.
- Planifica tus actividades: Piensa en usar menos agua en tus actividades hídricas, frente a una posible escasez.