INBA: historia de un emblemático bastión de la educación pública en Chile

Fundado en 1902, el Instituto Nacional Barros Arana (INBA) ha sido testigo y protagonista de momentos cruciales en la historia de la educación pública en Chile. Este emblemático colegio ha formado a generaciones de estudiantes, enfrentando cambios sociales, políticos y educativos que reflejan el valor y los desafíos de la educación pública en el país.
Desde hace más de 120 años, el Internado Nacional Barros Arana (INBA) no solo ha educado en matemáticas y ciencias, sino que también ha cultivado valores de derechos humanos y responsabilidad social, convirtiéndose en un emblema de la educación pública en Chile. Fundado el 20 de mayo de 1902, el INBA nació como un centro de excelencia, con el sueño de acoger estudiantes de todos los rincones y contextos del país, y formar ciudadanos comprometidos con el progreso social. Aquí te contamos la fascinante historia de este ícono que ha dejado huella en generaciones de estudiantes.
INBA: un emblemático bastión
De visión a realidad: el nacimiento de un ícono educativo
El INBA no es solo un liceo en el centro de Santiago; es un símbolo de la historia educativa de Chile. La idea surgió en 1887, cuando José Manuel Balmaceda soñó con una institución que reuniera estudiantes de todas partes de Chile, en un momento en que la educación estaba fuertemente centralizada.
El sueño se concretó bajo la presidencia de Germán Riesco, quien fundó el internado en 1902. A partir de entonces, el INBA se independizó del Instituto Nacional y se estableció en un imponente edificio de 17 hectáreas, diseñado por el arquitecto francés Víctor Henry de Villeneuve, frente a la Quinta Normal.
Cinco años después de su fundación, el presidente Pedro Montt renombró la institución en honor al historiador Diego Barros Arana, consolidando su legado.
En poco tiempo, el INBA se destacó por su innovadora oferta educativa: clases de matemáticas, ciencias e incluso francés, impartidas por profesores suizos traídos por el primer rector, Eduardo Lamas García.
La visión “Mens sana in corpore sano” (Mente sana en cuerpo sano) se hizo realidad en un entorno con instalaciones de avanzada para la época: cine, piscina temperada, laboratorios y zonas deportivas. Familias de distintas nacionalidades confiaron al INBA la educación de sus hijos, atraídas por su prestigio y excelencia académica.
Forjador de líderes y pensadores
La lista de exalumnos ilustres del INBA refleja su impacto en la sociedad chilena: desde Patricio Aylwin, expresidente de Chile, hasta el astrónomo José Maza y el antipoeta Nicanor Parra.
Empresarios, políticos, científicos y líderes judiciales pasaron por sus aulas, incluyendo figuras como el expresidente del Banco Central, Carlos Massad, el general Alberto Bachelet y los exministros de la Corte Suprema Juan Araya Elizalde y Sergio Muñoz.
Así, el INBA se consolidó como un espacio de formación para grandes personalidades, demostrando que su aporte a Chile no se limita a la academia, sino también al desarrollo de una ciudadanía comprometida.
Entre sombras y resiliencia
Pero la historia del INBA no solo incluye épocas de esplendor. También ha enfrentado períodos oscuros. Durante el régimen militar en 1973, fue utilizado como centro de detención y tortura.
También, a lo largo de los años, el INBA ha superado crisis financieras y daños estructurales causados por terremotos, e incluso estuvo a punto de ser transferido a la comuna de Quinta Normal en 1995, lo que fue rechazado por su comunidad.
Hoy, el INBA simboliza resistencia y cambio. Con programas como la Beca Centenario, que apoya a estudiantes destacados de entornos vulnerables, y su rol en la Revolución Pingüina en 2006, ha sido un espacio de lucha y transformación. Este año el INBA fue declarado Monumento Histórico y Sitio de Memoria, un reconocimiento a su rol histórico.
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De la Revolución Pingüina a los “overoles blancos”
A pesar de su trayectoria, el INBA muestra hoy un rostro diferente: su población interna se ha reducido de mil estudiantes en su época de oro a apenas 94. En paralelo, los episodios de violencia han aumentado.
El miércoles pasado, una explosión de una bomba molotov en el baño dejó a más de 30 estudiantes con quemaduras. No es la primera vez que el INBA es escenario de conflictos; desde 2017, las manifestaciones se han intensificado y en 2018 las tomas duraron 23 días, marcando un punto álgido de enfrentamientos.
Si bien la designación del INBA como Monumento Histórico y Sitio de Memoria representa un impulso para la institución, pero los desafíos actuales vuelven a poner en foco la seguridad y la misión de este icónico internado en el Chile contemporáneo. El INBA sigue siendo un bastión de la educación pública, una historia viva de resiliencia y transformación que sigue buscando adaptarse y cumplir su rol formativo en la sociedad chilena actual.