Quién es la mujer detrás de la máquina Tesla Aether, el engañoso producto que promete curar el cáncer y el VIH

Daniela Muñoz es la “inventora” de este producto. La mujer enfrenta una denuncia del Sernac por publicidad engañosa.
” (…) Lo cortas y le enganchas el caimán que viene en el aparato (…) luego enciendes tu dispositivo Tesla Aether. En una mano pones el tubo y con la otra agarras la lamparita (…) y listo”.
Así explica Daniela Muñoz en uno de sus videos de Instagram donde le enseña a sus seguidores a utilizar la Tesla Aether para una “piel radiante” con terapia facial con uno de sus aparatos. Muñoz, oriunda de Huépil, en la región del Biobío, es conocida como la creadora del Tesla Aether 5.0, y que promueve, falsamente, como la cura del VIH y el cáncer. La mujer ya tiene una denuncia del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) “No existe evidencia alguna que respalde la eficacia del producto comercializado para curar enfermedades o aliviar padecimientos”, señala el organismo.
El producto en cuestión se vende por $500.000, tanto en redes sociales como por sitios web. En ambos portales se acompaña esta venta de una serie de supuestos testimonios de clientes que aparentemente han sanado sus enfermedades gracias al producto.
En una entrevista en Chilevisión, Daniela Muñoz dijo haber estudiado cursos relacionados a la Antropología, Medicina tradicional china y Letras. Vive en Huépil, en la comuna de Tucapel, y asegura que egresó del Instituto Tecnológico Bicentenario de Excelencia San Mateo de Pudahuel.
La mujer de 34 años, quien se describe como “artista científica” y seguidora del inventor “Nikola Tesla”, ofrece cursos de Alquimia, una práctica que tuvo su auge en la Edad Media. En el curso ofrece “elixires naturales”, basados en “medicina para espíritu y cuerpo” y cobra cerca de 30 mil pesos por esto.
En tanto, sus cuadros los comercializa por un valor de alrededor de 200 mil pesos.
“Hola, soy Daniela Muñoz, hoy te voy a mostrar una obra que hice pintada al óleo, inspirada en un retrato que hizo (Pablo) Picasso a su amada”, señala en otra de sus publicaciones en la misma red social.
En sus obras proyecta historias, paisajes y momentos de distintos tipos, principalmente con un estilos realistas y del mundo onírico.
Otra de sus obras es una pintura en óleo donde dibujó a sus abuelos haciendo tortillas en “homenaje a la cultura y momentos compartidos en la cocina”, expresó a través de la red social Instagram.
En dicha red publica vídeos de todo tipo. Allí muestra sus obras, sus trabajos como terapeuta, cuenta historias y realiza tutoriales. Asimismo, detalla el proceso de algunos de ellos, evidenciando sus conocimientos en el área y ofrece encargos de pinturas personalizadas.
También, explica el funcionamiento y los testimonios de la Tesla Aether 5.0, la polémica máquina que inventó y que promete contribuir en la mejora de enfermedades graves.
Uno de sus testimonios asegura que la máquina ayudó a un amigo con cáncer de páncreas a disminuir sus molestias físicas. El hombre afirmó que su cercano consumía de 3 a 4 gotas de morfinas diarias y que “con tres terapias en el día, al otro día se colocó una gota porque le bajó el dolor, y a la otra sesión ya no tenía dolor”, detalló Ramón Eugenio Verdejo, testimonio de Daniela.
Además de emprendedora, la mujer de 34 años también participa de actividades municipales de las comunas de su alrededor, donde ha cantado sobre varios escenarios y expuesto sus trabajos artísticos, los cuales incluso la han llevado al extranjero para mostrar sus obras.
Producto engañoso
El médico Osvaldo Artaza, decano de la facultad de Salud y Ciencias Sociales de la Universidad de las Américas, «en salud toda nueva tecnología, para ser utilizada en personas, debe pasar por una serie de etapas que prueben que sus beneficios son categóricos y muy superiores a sus posibles efectos adversos«.
«Por eso todos los países han ido desarrollando agencias (en Chile es el Instituto de Salud Pública) que tiene como objeto verificar que las nuevas tecnologías (equipos o medicamentos) producen efectos beneficiosos basados en la evidencia científica y que son seguros para las personas«, explicó el experto.
En este contexto «siempre habrá interés comercial de lucrar ofreciendo productos engañosos en su eficacia o en su seguridad y es obligación del Estado evitar ello», afirma Artaza.
Desde el Sernac mencionan que la multa por publicidad engañosa puede alcanzar aproximadamente los $100 millones, y puede subir a $150 millones «si las cualidades de productos o servicios afecten la salud o la seguridad de la población».