Más calidad y menos oferta: los efectos de la nueva ley Uber

La dificultad para sacar la licencia de conducir y los nuevas exigencias para los vehículos pueden disminuir la cantidad de trabajadores de las aplicaciones.
Tras aprobarse su reglamento, la nueva Ley Uber ya es una realidad, con una serie de efectos para la industria de las aplicaciones de servicio transporte.
“En un corto periodo de plazo no debiéramos ver cambios tan abruptos porque justamente la ley indica que hay un periodo, digamos, en el cual las personas que estén operando aplicaciones tienen para ponerse al día”, señala Franco Basso, académico de Ingeniería Industrial PUCV.
Por ejemplo, entre las normas de la nueva ley hay un plazo de 6 meses para la inscripción en el registro electrónico y de 12 meses para la obtención de la licencia A2 o superior, que serán obligatorios para presentar este servicio.
“De todas formas, debiésemos comenzar a ver una paulatina mejora en la calidad de servicio, pero por contrapartida también una menor oferta“, señala también el experto.
Esto, menciona Basso, porque muchos no podrán cumplir con los reglamentos, “por las dificultades que existen para sacar esta licencia profesional, por una parte, y para cumplir con las medidas relacionadas a la antigüedad del vehículo y la cilindrada del vehículo”.
Los desafíos para las aplicaciones de servicios de transporte con la nueva ley Uber
Álvaro Miranda, director de la Escuela de Transporte de la UTEM, afirma que lo que hace finalmente la ley es equiparar “las exigencias legales que se le hacen a los taxis tradicionales y colectivos con los de las aplicaciones“.
El experto asegura que “en muchos casos, los autos no cumplían con las condiciones de un taxi, en el sentido que no tenían las características, eran vehículos de inferior calidad e inferior seguridad“. Asimismo, afirma que muchas veces los conductores “tampoco cumplían con las capacitaciones y formaciones” que se exigen por ley a los taxistas.
“Imagínate una persona que tenga un Chevrolet Spark, por ejemplo. Y con ese Chevrolet está taxiando. Ese vehículo no puede ser taxi, no cumple con la exigencia mínima“, menciona Miranda.
“Por lo tanto, para las aplicaciones esto significaría que habría muchos vehículos que no podrían ser taxi, porque el vehículo no cumple y habría muchísimos conductores que tampoco podrían ser taxistas porque no cumplen. Y eso merma fuertemente la cantidad de socios conductores que declaran tener la empresa“, continúa el experto.
Las aplicaciones pueden tener importantes problemas con la implementación de la nueva ley, explica Mirada. “Les deja muchos vehículos y muchos conductores fuera del sistema. Eso evidentemente va a mermar su recaudación, los ingresos que puedan tener y la calidad de servicio que puedan dar“, asegura el experto.