Papa Francisco: cómo se gestó la histórica votación que lo puso al mando de la Iglesia Católica

En el cónclave de marzo de 2013, Jorge Bergolgio tenía pasajes listos para volver a Buenos Aires y hacer su misa. Aparentemente nunca pensó que saldría del Vaticano llamándose Francisco, y ocupando el cargo más importante de toda la Iglesia Católica.
El cónclave de 2013 marcó un antes y un después en el Vaticano. La elección de Francisco como el primer Papa americano y jesuita generó un cambio tanto dentro como fuera de la Iglesia.
Su proyecto de renovación al catolicismo sigue presente aún después de una década. Sus opiniones sociales, políticas y religiosas- como su preocupación por los migrantes, su apoyo a la comunidad LGTBQ y su cercanía con otros líderes religiosos no católicos– crearon, poco a poco, un ícono de renovación en una institución milenaria.
En este artículo recordamos el origen de su mandato. El día en que el joven criado en el barrio Flores de Buenos Aires se convirtió– con bastante sorpresa- en la figura más importante de la Iglesia, en una histórica votación.

La elección del Papa Francisco: el inesperado cónclave de 2013
En febrero de 2013 Benedicto XVI anunció que renunciaría a su cargo. Un hecho histórico, considerando que ningún Papa dimitía desde 1415. El pontífice determinó que terminaría sus labores a fines de ese mes y había que elegir un nuevo líder católico.
El secreto del retiro de Benedicto XVI se mantuvo hasta el último día, incluso dentro de la Iglesia, comentó en 2019 el periodista especialista del Vaticano, Gerald O’ Connell, en la BBC.
Por tanto, a diferencia de otros cónclaves, desde el anuncio de Benedicto XVI, los cardenales tuvieron solo un mes para definir a su sucesor.
Aunque Bergoglio fue quien más compitió con Joseph Ratzinger (nombre secular de Benedicto) en el cónclave de 2005, para 2013 no parecía ser uno de los candidatos favoritos, al menos en los días previos a la elección.
“Bergoglio (…) nunca pensó que sería elegido Papa, había comprado el billete de avión para regresar a Buenos Aires, había preparado la homilía para la misa de Jueves Santo, así que estaba tranquilo. Sólo se dio cuenta de que podía convertirse en Papa después de la tercera votación”, afirmó O’ Connell en su entrevista.
Sin embargo, los nombres favoritos en ese momento- Angelo Scola, Marc Ouellet y Odilo Scherer-aparentemente no convencían a la mayoría de los cardenales.
O’ Conell comentó en la BCC que durante una congregación general- antes del cónclave- Bergoglio dio una charla de tres minutos y medio “que fue inspiradora, refrescante y visionaria. Sus palabras tuvieron un enorme impacto y, desde ese momento, muchos comenzaron a verlo como el nuevo papa”.

El 12 de marzo los 115 cardenales disponibles para sufragar comenzaron con la votación. El resultado, que llegó cerca de las 20:00 (hora de Roma) mostró humo negro. Ningún candidato lograba conseguir los 77 votos necesarios. Todavía no había Papa.
La jornada siguiente fue más extensa. En la mañana hubo dos votaciones más que terminaron en humo negro, y una cuarta pasado el mediodía, con el mismo resultado. Sin embargo, en la quinta votación, finalmente, los cardenales llegaron a un acuerdo.
“Os anuncio gran alegría. Tenemos al Papa. El más eminente y reverendo Señor, Señor Cardenal Jorge Mario Bergoglio de la Santa Iglesia Romana, quien se puso el nombre de Francisco“, anunció entonces el protodiácono Jean-Lois Tauran, dando inicio a un nuevo episodio para la Iglesia Católica.
