Replicada en los medios y en la opinión pública todas las semanas, la encuesta Cadem ha marcado el panorama político chileno de los últimos años.
Cadem es una de las empresas de investigación de mercado y opinión pública más importantes a nivel nacional. Entre sus proyectos más relevantes se encuentra la Encuesta Plaza Pública, que semanalmente mide la opinión pública sobre diversos temas en el país.
Debido a esto han surgido variadas críticas a su trabajo, concentradas en su metodología y en los datos que se liberan al público.
En la actualidad Cadem ha influido en la opinión pública con las publicaciones de sus encuestas referentes al plebiscito constitucional de salida.
¿Cómo nace Cadem?
La empresa chilena surgió a inicios de 1974, y su nombre se inspiró en la consultora de mercados Idem, la cual se retiró del país durante el gobierno de Salvador Allende. Su fundador, Jorge Steiner, trabajó en Idem antes de que la empresa se fuera de Chile.
Dedicada a estudios cuantitativos y cualitativos en sus inicios, la compañía también se dedicó al testeo de productos y a estudios publicitarios.
En el 2012, Cadem se fusiona con Icom, otra empresa del mismo rubro. Con esta unión, Cadem pasa de solamente estar en el área de la investigación de mercado a abarcar estudios de opinión pública.
Desde entonces, la firma ha generado repercusiones tanto en la opinión pública como en el mundo político, mediante sus mediciones en época de votaciones. Tanto en las últimas elecciones presidenciales como en el plebiscito constitucional, Cadem se posicionó en los medios como una de las principales medidoras de la opinión pública a través de su encuesta Plaza Pública.
Metodología y críticas
Según información disponible en su página web, Plaza Pública se ejecuta mediante llamadas telefónicas a alrededor de 700 personas de manera semanal, acumulando entre 2.800 y 3.500 encuestados mensualmente.
Estas personas son elegidas aleatoriamente desde una base de datos propia de la empresa que comprende 18 millones de números de teléfono. La muestra comprende a hombres y mujeres, chilenos y extranjeros mayores de 18 años que residen en todo el territorio nacional.
En base a esta metodología se han realizado diversas críticas a la función que Cadem cumple dentro de la política y del terreno de la opinión pública. Una de ellas hace referencia a la construcción de esa base de datos, donde no se sabe a quién se está representando y cual es el perfil de los encuestados.
También existe mucha gente que no está incluida en la base de datos, por lo que nunca podrían ser encuestadas. Además, la aleatoriedad de la encuesta se puede ver alterada dado los casos de quienes rechazan la llamada o deciden no participar en la encuesta.
De igual manera, han surgido críticas debido al uso de preguntas tendenciosas en algunas encuestas políticas, lo cual puede generar un sesgo en las respuestas de los encuestados. Otro punto que se ha cuestionado es el del tamaño de la muestra, el cual puede ser considerado como muy pequeño o insuficiente.